Revista Arte

La única solución es no acudir a votar, para empezar

Por Peterpank @castguer

La  única solución es no acudir a votar, para empezar

Jamás podrán salir de un sistema político oligárquico soluciones que atenten contra la perpetuidad de dicho sistema de ‘convivencia’. Mientras los partidos políticos sigan acaparando el poder del Estado, constituyendo una partitocracia que en la práctica sólo genera corrupción y manipulación en lo que ellos llaman ‘democracia’ no hay nada que hacer. Nunca en la historia ha habido beneficios para los ciudadanos y las clases más débiles estructurados de arriba a abajo. Es la presión popular la que ha forzado siempre los avances. No tienen otra solución para la crisis que ir desmontando el sistema que decían pretender construir: el Estado del Bienestar y, asimismo, la que se denominó ‘Europa de los ciudadanos’.

Para cualquier analista libre e informado, esta crisis nunca fue solamente económica sino que ya viene gestándose desde la postmodernidad con la rotunda desaparición de la moral. Los cambios en la geopolítica contribuyen también a que países que hasta ahora eran ‘despreciados’ estén creciendo muy por encima de un occidente estancado y con graves errores en las determinaciones que se han tomado. En unos 15 años estaremos fuera de los países denominados ‘ricos y a la altura de Filipinas y Malasia. Excepto EEUU, todas las naciones han reducido la inversión pública de manera drástica y España podemos decir que ni tiene. De igual manera, Educación, Sanidad y Seguridad Social han sufrido, y muy pronto van a volver a sufrir, movimientos a la baja que no significan otra cosa, junto a la bajada de sueldos, que un claro y fuerte empobrecimiento de los españoles.

El Gobierno monárquico, con lo que ellos implica, está totalmente desarbolado , aunque el ciudadano crea que su principal acción está encaminada a buscar caminos innovadores para salir del bache, lo cierto es que sus objetivos esenciales son dos: buscar como hurones fórmulas para que el pueblo pague el pato y asegurar las posaderas en el sillón.

El PSOE, con la marcha de Zapatero, ha logrado subir unos peldaños en intención de voto y ha visto en los nacionalistas su salvación. Ni son casualidades las últimas cuatro decisiones del Tribunal Constitucional humillando al Supremo ni la vaselina que se le aplica constantemente a Cataluña.

Sólo un cambio de sistema político con régimen presidencialista,  con un proceso constituyente y separación desde el origen de los tres poderes clásicos del Estado puede poner freno a este deslizamiento hacia el abismo. Por eso, la partitocracia se esfuerza en manipular lenguaje y mensajes para llevar a las gentes a las urnas aludiendo al “deber cívico” que tienen, cuando el voto es un derecho político que en el caso español es un brindis al sol puesto que la libertad política no existe.

Sólo la caída de la oligocracia nos dará elementos para cambiar nuestro destino, lastrado y mucho por la hipertrofia autonómica. Por ello, no es un capricho, no es una cuestión ideológica, no es odio ni es venganza: la única solución es no acudir a votar, para empezar. La abstención activa como fórmula para mostrar el desprecio a un sistema que ha venido de la mano de la dictadura y construir una democracia formal con un proceso constituyente y una norma ineludible: los votos de todos los españoles valen lo mismo. Un hombre, un voto.

J. Batista


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