Soy un alma viajera. Me gusta conocer nuevos destinos, nuevas culturas, sorprenderme gastronómicamente con los encantos calóricos de cada tierra y creerme que pertenezco a un lugar chapuceando su idioma. Así había ido yo por la vida. Nada como ser “estudihambre” y viajar con la mochila al lomo. Hospedarse en hostales llamados “Riesgo”- es uno muy famoso en La Coruña-y patear hasta acabar con las Compeed anti-ampollas de todas las farmacias del mundo mundial. Claro, antes de ser madre.
Siendo madre me había aventurado a hacer expediciones a tierras lejanas pero siempre “a casa”. Eso quiere decir a casa de mis suegros, a casa de mi madre, a casa de mi hermana. Lo que significa tener la posibilidad de tener una rutina aunque estos destinos estuviesen en tierras charras, mexicanas o americanas.
Hace un par de meses una preguntica se posó como mariposa en nuestro hombro izquierdo: ¿Y si nos vamos de crucero?
El diabilillo salió a susurrarnos: ¿cómo dejar escapar la oportunidad?
El ángel gritaba con voz más alta: ¿Y las altas temperaturas? ¿Y las papillas caseras? ¿Y los horarios? ¿Y la benditarutinaimpresicindibleparaunbebé?
¡Cómo dejar escapar la oportunidad!
El diablo ganó.
Y así nos fuimos…y volvimos que es mucho decir.
Yo que temía por el movimiento del barco y ya me imaginarán corriendo al pediatra para preguntar que arnidolpotinguedalsy existía para el mareo. Nada de nada. Era muy pequeña para cualquier medicina. Lo más que podría suceder es que potaría. Nada raro en seres menores al metro de estatura.
Para ironías de la vida, sepa usted que mi pequeña Critter navegó plácidamente en su “barquito chiquito” pero la que terminó dos días encamada fui yo. ¡Ainssss! fue revivir el mareo del embarazo y éste ni con cocacola, jengibre, polos de limón, galletas saladas se me pasó. ¡Benditas drogas! Un par de pastillitas y ¡lista para el desmadre!
15 días le dan a uno la oportunidad de aprender mucho-pero muchomucho. Es más- creo que voy a empezar a cobrar por mis posts y dedicarme a hacer entradas para madres primerizas que quieran viajar. Ya saben, algo así como el “Lonely Planet” pero que se llamé “Motherplanet”. Se de cierto que hay una chicas muy majas que han hecho una guía en Barcelona pero lo mío es un plan más “conquistador” muy a lo Pinky y Cerebro: ¡Venga madres del mundo viajemos y conquistemos el mundo unidas!
No hago el grito a los padres por que sé de primera mano que ellos son los encargados de cargar con la cámara y ser los “japos” que inmortalizarán el momento. No es reproche. Vamos tengo unas fotos preciosisimas. El bonitismo hecho imagen gracias a mi Semenator. De ahí a yo que domine las ciento veinte posiciones de como cargar la pañalera para que uno no terminé con la espalda a lo Cuasimodostyle mientras el inmortalizaba las perlas de sudor en mi frente .
Como gran comienzo a mi guía les contaré algunos de los aprendizajes mas importantes- pues este temilla dará para mucho créanme- pero para los que inician sus vacaciones tengan un par de consejitos así como su nivel de dificultad por si les sirve de algo:
- Siempre llevar bálsamo para rozaduras muuuy pero muuuy a mano:
El bálsamo para rozaduras de culete es muy agradecido con las piernecitas de madres que por quererse ver muy trendy se ponen vestiditos chulos para obtener el look “lunamielero” y conquistar nuevamente a su viejo.
Nivel de dificultad: 10/10
No se recomienda el uso de vestido sexy cuando el calor sobrepasa los 35 grados, cuando hay mucho por andar, cuando los muslamen se saludan mutuamente y cuando se tiene que agachar, coger niña, cargar niña, poner niña a andar. El resultado es una rozadura de esas monumentales. Vamos que cuando entraba al baño a ponerme la crema pastosa mi gran sorpresa fue que “otras madres me pedían auxilio- NO PARA USARLAS CON SUS HIJOS si no es sus muslamenes.
Si usted no me cree y está por salir de vacaciones observe que el cotoneo de caderas de una mujer andando para parecer sexy puede cambiar a un cotoneo de pato con pies separados para evitar que el sudor haga que los jamones se peguen más. Es una constante en mujeres. Da risa cuando uno “cae en la cuenta”. No da risa que escueza en carne viva.
Ya lo sabe lleve en su bolso una muestra de esas que dan en las canastillas. La mar de útil.
- Llevar un abanico. Servirá para airear calor sahariano pero también para taparse las risas.
Cuando su querido ser esté empezando a “hablarbalbucear” y le encanté el arte de la imitación olvídese de visitar mezquitas. Mi hija se tapaba con su manta para tener un burka monísimo y al escuchar el llamado a la oración ella se ponía a gritar en árabe. Esta chica promete, es como su madre pues se integra rápidamente en las culturas.
Nivel de dificultad: 8/10
Cuando viaja con familia y las gracias que hace la bestia son aplaudibles es muy difícil contenerla. Sobre todo, es cuasi imposible contener las risas propias y así evitar las miradas de escrutinio de los locales por tomarlo como falta de respeto .E-D-U-C-A-R decía mi madre, pero si a la niña le gusta I-M-I-T-A-R ¿qué puedo yo hacer?
- No existe timo- si huele a caca habrá caca.
El pedo oloroso siempre es señal inequívoca de que habrá gran final.
Muchas veces pensaba que había sorpresa y pues ubicar un baño en pleno tour es durillo por no decir otra palabra más intensa. Primero que nada hay que correr a avisarle al guía que uno se separa de la manada y que por favor no lo olviden. Nada mas de pensar que me dejaban en tierras lejanas me entraban sudores. Bueno era por el calor pero así le agrego emoción.
Después de obtener la bendición del guía, olvídese usted de términos como mamaproof o gremlinfriendly en cuanto a lavabos extranjeros. Había que conformarse con el primero a la mano. Hacer la operación pañal es como aprender hablar en chino en cinco minutos. Además, si todo resultaba un simulacro los niveles de frustración se elevaban proporcionalmente a las perlas de sudor que resbalaban del canalillo hasta la pantorrilla. A la Critter le causaba gracia pues ella estaba mas fresquita. A la madre ni puñetera simpatía.
Nivel de dificultad: 9 /10
El trueno amenaza tormenta. Me jugó la mala pasada de que un día decidí que al no ver caca a la vista y estar sin pañal pues de una vez bañarla. Desnudé a mi preciosa muchachita, la puse en la cuna viajera mientras abría la llave de la bañera y en eso ¡sorpresa! Nada de mojones acuáticos, el mojón fue colocado en su almohadita como cupcake y eso si decorado muy trendy con su “sonny angel” que se ganó en el 15J. Cabe aclarar que a éste personaje le tengo especial cariño y no lo tiré a la basura como aquel pato. Lo lavé con mis manitas. Imagínense la cara de la chica de servicio a habitaciones cuando le dije que si me podía cambiar las sábanas de mi hija pues estaban llenitas de cacao.
-Nunca sobre estimar a Estivill
Critter aprendió a dormir a los 9 meses. Digo aprendió por que fue muy sencillo. Nada de dramones,de traumas y todo eso que ha mantenido muy activa a la red. Una mantita, su muñeca, música clásica y listo. Claro eso en su casa y en su cuna. Cuando uno esta viajando a saber por dónde, cuando la hora de “dormir” toca cuando está en pleno show de baile tradicional griego y la gente grita “Upa” pues no hay Dios que duerma a un pequeño ser que aplaude y mueve sus manitas al ritmo de la música. Tocaba esperar a que el cansancio la doblegara en mi pecho y pasara a los lindos brazos de Morfeo.
Ahora bien, cuando tocaba cenar en el barco pues intenté varios trucos. Uno era dormirla en el cuarto y cuando ya estuviera profunda pasarla al cochecito e ir al comedor. Todo iba bien hasta que llegaba, me sentaba, pedía y en eso una cabecita se asomaba y decía: HOLA.
Por lo cual pasábamos al plan B: pasearla pasillo arriba pasillo abajo hasta que se durmiera.
Nivel de dificultad: 7/10
De conseguirlo lo conseguíamos. El tiempo invertido era de una media de 40 minutos. Valía la pena con tal de que ella descansara sus horas y que no gritará en árabe los nuevos cánticos aprendidos a todo el comedor.
Todo iba estupendamente hasta que el último día se acerco un señor mayor- vamos un abuelete de esos con cara tierna a decirme que me había visto durante todos estos días pasear a mi hija. ¡Ilusa de mi que creí que me diría algo bonito como que soy una madre abnegada, dedicada en cuerpo y alma y que menudo esfuerzo! De eso nada. Me dio una paliza de veinte minutos a voces que lo que yo estaba haciendo era una mala educación total, que cómo habían cambiado los tiempos, que cuando el tuvo hijos jamás viajó y mucho menos los llevaba a cenar a restaurantes.
Mi cara era de alucinación combinada con hambre, hastío, y un tanto de no saber que decir. Oiga que en una de esas era el mismísimo Estivill camuflado.
-El calor le quita el hambre a los bebés.
Madres primerizas que no cunda el pánico. Si el bebé viajador no desea comer, no lo fuercen. ¿A quién le apetece una merluza receta mediterránea deconstruida en potito con olor y sabor espesoespeso a cuarenta grados centígrados? Normal que con su dedo señale los “gelatos” y se funda unos cuantos entre lametazos, mordidas y escurrimientos polares.
Nivel de dificultad: 7/10
Las madres vivimos agobiadas por pensar que nuestros hijos no están lo suficientemente rollizos. Si uno tiene hambre o frío el niño lo tiene por consiguiente.
-El iPad siempre a mano
Mickey, Pocoyó y Manny Mannitas fueron nuestros mejores guías en todo el viaje. Eso y cantarle toda la familia Cantajuegos por que lo echaba de menos.
No se como nuestras madres podrían sobrevivir sin éste aparato, con pañales de tela y sin toallítas. Eso es lo más cercano que puedo concebir como instrumentos de tortura.
Nivel de dificultad: 10/10
Cuando la hemos habituado a tener este instrumento siempre a mano, los momentos de “prohibido aparato electrónico” como el despegue y el aterrizaje de un avión se convierten en un drama asegurado.
-Las fotografías familiares son un peligro
Pónganse en situación:
Roma, rozadura asegurada, calor fijo, gente hasta decir basta.
Lugar: Fontana de Trevi
Llamamiento: Todos a tirar la moneda y a posar a la foto.
Sonrisa por aquí, sonrisa por allá ¿y la niña? ¿quién se quedó con la niña?
A correr entre la masa para ver que la pequeña Critter seguía plácidamente dormida en la mitad del bullicio.
Nivel de dificultad: Para pegarle a la madre.
-Vivir sin megas es un sinvivir
Cuando uno se sube al crucero y descubre que todo está incluido se siente en el Paraíso. Cuando lee la letra chiquita que avisa que el minuto de internet cuesta tres euros le devuelve de golpe a la realidad y sabrá que a la vuelta más allá de depresión postvacacional tendrá estrés digital por tener 500 correos sin leer, muchos posts sin comentar, enemil concursos sin participar ya ni decir ganar, un público que se olvida del gerundio del desmadre y un blog que reclama atención urgente.
Nivel de dificultad: 100000/10000
El internet debería de ser wifi, gratuito y mundial. Debe ser declarado patrimonio de la humanidad, parte de la canasta básica y eso de cobrar por el servicio es algo muy pero de muy mal gusto.
Si viajar se puede…vacacionar, eso ya es otra historia.