Revista Viajes

La Vall d’Uixó (Castellón)

Por Yorga @javieramosantos

Situada a medio camino entre la costa y la sierra de Espadán, en un valle de la comarca de la Plana Baixa de Castellón dedicado al cultivo de cítricos, La Vall d’Uixó, debido a su estratégica posición geográfica ha sido escenario de paso y asentamiento de unas cuantas civilizaciones del pasado: el hombre prehistórico, íberos, prerromanos, romanos, visigodos, musulmanes o cristianos. La huella más añeja se manifiesta en el conjunto de restos arqueológicos hallados en la Punta d´Orleyl y otros lugares con historia de la localidad, como y el Poblat de Sant Josep.

En tiempos romanos, la Vall fue colonizada. Aunque quizás la época histórica de mayor auge se dio con la presencia de los godos, cuya ocupación ha dejado en huella en forma de una necrópolis de inhumación, datada entre los siglos VI y VII, en la que se encontraron los restos óseos de 66 individuos junto a sus ajuares funerarios. También resultó de interés la influencia árabe durante la Edad Media, que aglutinó en aquel valle (de ahí la Vall) seis alquerías que se aglutinaron en torno al actual núcleo urbano de la localidad castellonense.

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Iglesia del Ángel Custodio./Gafotas

El rey Jaime I de Aragón conquistó estas tierras en el siglo XIII. La Vall d’Uixó se integró en los dominios reales de la Corona hasta que Alfonso el Magnánim los cedió a su hermano Enrique, en el siglo XV. Tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVII, la población se mantuvo leal al Borbón Felipe V durante la Guerra de Secesión. La Vall también se convirtió en escenario bélico durante las Guerras Carlistas.

Resulta de interés para el viajero saber que La Vall d’Uixó exhibe un interesante patrimonio monumental que se reparte entre sus dos núcleos tradicionales: el barrio alto y la parte baja o Poble de Baix. En la parte alta se pueden contemplar lugares como la plaza de Sant Angel Custodi (siglo XVII) y la iglesia parroquial del Poble de Dalt, o bien recorrer las estrechas calles de origen árabe del barrio de Alcúdia. Lugares de turismo de la Vall que son de obligada premisa en la ruta que se marca quien visita este sitio.

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Cuevas de San José o Sant Josep./riosubterraneo.com

El centro del Poble Baix se sitúa en la plaza de Sant Vicent, con la ermita del mismo nombre. De la plaza parte la calle Nou, que lleva hasta la plaza de la Mare de Déu de l’Assumpció (siglo XVIII), donde se alza la iglesia del Poble de Baix, o la histórica Fuente de los Chorros. Anexa, se localiza la Torre de Benizahat, que se mantiene en pie en el interior del casco urbano de la ciudad. Sobre un cerro se alza la ermita de la Sagrada Familia o de San José, que data del siglo XVII y es de estilo neoclásico. Mientras, la ermita de Sant Vicent se emplaza en el lugar que ocupaba la antigua mezquita musulmana de Zeneta, del 1612.

En las afueras del casco urbano se encuentran las espléndidas cuevas de Sant Josep, por las que discurre uno de los pocos ríos subterráneos navegables de Europa, con una longitud de casi 3.000 metros, de los que 800 están habilitados para una visita turística en barca y a pie por el interior de las galerías, repletas de estalactitas y estalagmitas. Para el viajero más atrevido, puede concertar recorridos adicionales de espeleoturismo. Asimismo, desde las grutas, un agradable paseo permite llegar hasta el acueducto románico-gótico del barranco de Aigualit, restaurado hace poco.

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Ayuntamiento de La Vall d’Uixó./Electrostatico

Lo cierto es que las cuevas de Sant Josep son un fenómeno de la naturaleza sin parangón en ningún otro lugar del planeta. Estas cavidades ya eran conocidas y habitadas hace más de 15.000 años por cazadores-recolectores de finales del Paleolítico Superior, como atestigua el hallazgo de pinturas rupestres a su entrada, aunque están bastante deterioradas.

Las cuevas se redescubrieron en el siglo XIX, se exploraron en el XX y se explotan en el XXI, pero todavía no se conoce su extensión total ni la del río que las recorre. Una auténtica maravilla, a la altura de otras impresionantes grutas de nuestra península ibérica, como El Soplao (Cantabria), de obligada visita si se está por el norte.

Si puede, el viajero no debe perder la ocasión de visitar La Vall d’Uixó cuando se celebran sus fiestas patronales en honor a san Vicente Ferrer, en abril. Su calidad le ha permitido que sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Y la gastronomía del lugar también acompaña a tan magna diversión. Un acreditado plato local es el empedrao, un guisado de cazador con cerdo, caza, arroz y alubias trituradas.

El viajero apasionado de la historia, si quiere ampliar su viaje por estos lares, tiene una excelente escapada hacia el vecino pueblecito de San Mateo, lugar por donde merodearon los últimos herejes cátaros procedentes de Francia.

Dónde dormir: Belcaire; Avda. Europa, s/n; 12600 La Vall d’Uixó (Castellón); teléfono: 964690032; [email protected].

Dónde comer: Restaurante La Gruta; Paraje San José, 0, s/n; 12600 La Vall d’Uixó (Castellón); teléfono: 964660008.

 Plano Vall d'Uixó


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