Igual que las mujeres pueden optar por hacerse una ligadura de trompas como método anticonceptivo definitivo cuando ya consideran que no quieren ser madres los hombres tienen a su alcance la vasectomía.
La vasectomía es una pequeña cirugía que consiste en ligar los conductos deferentes que van de los testículos hasta las vesículas seminales para evitar que los espermatozoides lleguen a poder ser eyaculados. Así, el hombre consigue ser estéril.
Realizar una vasectomía dura menos de 10 minutos y consiste en hacer una incisión en el escroto del paciente para acceder a los conductos deferentes, cortarlos y cauterizarlos. La intervención se realiza con anestesia local y en la mayoría de los casos tan solo produce unas pequeñas molestias y un hematoma en la zona de los testículos. Ambas cosas desparecen en pocos días.
El proceso de recuperación de una vasectomía es rápido. Los expertos recomiendan un par de días de descanso y el evitar esfuerzos importantes durante al menos la primera semana. En este mismo periodo de tiempo puede volver a tenerse relaciones sexuales, aunque con protección ya que los espermatozoides no se eliminan completamente hasta el cabo de 15 eyaculaciones, con lo que el embarazo aun es posible.
La vasectomía no tiene ningún efecto negativo en la vida sexual del hombre que se la realiza. Su frecuencia, potencia, intensidad e incluso la apariencia del semen será la misma de siempre: la única diferencia es que éste no contendrá espermatozoides. Las operaciones que se han realizado en los últimos 10 años tienen muchas posibilidades de ser reversibles si el hombre al cabo de un tiempo decide que quiere volver a ser fértil. De hecho se considera que dos de cada tres pacientes lo consiguen sin problemas.