La vengadora de los dijisteS

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Lo ha vuelto a hacer. Se ha inscrito en una página de contactos. Qué quieren que les diga. Todo sea por el periodismo y para hacer una labor de profusa investigación. Y cuando dice una página de contactos no se refiere a Linkedin. Se refiere a Adopta un tío. Por fin algo nuevo bajo el sol. Y divertido en cuanto a concepto, a estética, a diseño. Una página bien montada en blanco y negro, sin estridencias, con una fotografía cuidada y en que los tíos son considerados como objetos. Sin ambages. Todo está ideado para realizar un pedido on line. Y una tiene hasta su carrito de la compra y puede observar los “productos de la provincia”, tal cual. Si el producto consigue generar identificación y engagement con el público objetivo, habrá más modernos juntos que en XL un viernes noche.

Pero a pesar que anuncian llegada masiva de geeks, tatuados y perforados y que están “en liquidación total de todos nuestros rizos hasta agotar existencias” con un gracejo y una frescura indescriptibles, por dentro es lo de siempre. Un erial. No ha estado en la página ni 12 horas. Ha elegido un nombre de usuario de lo más anodino y en su descripción ha escrito aproximadamente esto akljlall ljfdlfjeiolj dhoeuo iouiiup blabab pfpqirhwei nh. No le hagan mucho caso porque cita de memoria. Así hasta completar los 100 caracteres mínimos exigidos para darse de alta en la página. Y deja el resto de los campos, todos, en blanco. Eso no ha sido óbice para que su perfil haya sido visitado unas 200 veces y haya recibido 5 hechizos en tiempo récord. Quizá fuera por la foto. Sí, ésa de estudio en la que está tan mona.

Parece que en esta página, como en la vida, a los hombres no les importa demasiado lo que una mujer tenga que contar. Por muy hipster que sea. La diferencia entre los hombres y las mujeres es ésa. Que las mujeres son –somos- talibanes de la ortografía. Y en este mundo cibernético una se da cuenta que los burros son legión y así no hay libido que resista. Que se lo digan a la genial Sabina Urraca, una de las creadoras de la pornoortografía. La vengadora definitiva de los dijisteS que dibuja en su blog escenas sexuales explícitas con la leyenda correctamente escrita. Porque la letra con sexo entra.