Revista Toros

La verdad de la suerte suprema

Por Malagatoro

Manzanares-estocada

Estocada de Manzanares en la Malagueta (foto de archivo)


Manzanares esta tarde en la Maestranza ha engrandecido la muerte del toro en la plaza, en especial con la segunda estocada recibiendo, casi a cámara lenta, que ha sido un monumento a la estocada, que en tiempos pretéritos hubiera sido digna de ser esculpida por las prodigiosas manos de Mariano Benlliure. Monumento a la que se llamó “estocada de ley”, en los más antiguos anales del  arte de Cúchares. La verdad y la ética más sublime del toreo: dar digna y pronta muerte al toro de lidia. Porque si esta no existe, la lidia no tiene sentido.  Matar al toro, hacerlo de forma reglada y de la mejor forma posible es la obligación de todo matador de toros. Manzanares, no solo ha cumplido con su obligación, sino también  ha rendido culto a la más importante de las suertes, prácticamente olvidada, la de recibir. Manzanares ha quedado inscrito con letras de oro en los anales de  la Historia del Toreo, a la altura de los más excelsos estoqueadores.

Hoy la gloria ha sido para Manzanares, el torero más en forma del momento, y para su extraordinaria cuadrilla. Como escribe mi admirado Ignacio Sánchez Mejías en su blog, podríamos comentar técnicamente su actuación y la de los toros, pero dicen que las cosas que emocionan no se analizan, y hemos salido todos emocionados de la plaza como hacía tiempo ¡Vivan los Toros! Habrá tiempo de hacerlo, si es necesario, pero ahora solo cabe decir eso ¡Vivan los Toros!


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