No todas las grasas son igualmente malas La diferencia entre las grasas que son peligrosas para el corazón y las que no lo son proviene de una simple distinción química. Las moléculas de grasa que tienen un átomo de hidrógeno en cada sitio de unión disponible-como las encontradas en carnes, productos lácteos y ciertos aceites tropicales, como el aceite de coco y el de palma-son grasas saturadas, llamadas así porque los sitios de unón están saturados con hidrógeno. En cambio, las grasas a las que les falta uno o más pares de átomos de hidrógeno como es el caso del aceite de oliva y los ácidos grasos omega 3 encontrados en los pescados, son consideradas no saturadas y resultan beneficiosas par ala salud en muchos aspectos.
La grasa que más necesitas es la omega-3 Los estudios muestran que esta "grasa prodigiosa" puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer e hipertensión. También fortalece el sisema inmunológico, mejora las funciones del cerebro, alivia la depresión y es buena para la piel. Para obtener sus beneficios, consume de 113 a 170 gr (4 a 6 oz) de tuna, salmón, sardina, 2 ó 3 veces por semana, o toma píldoras de aceite de pescado (Las píldoras con alta concentración del aceite pueden ser difíciles de digerir). Otros cambios dietéticos que debes hacer
- Cambia tu aceite de cocinar por aceite de oliva, y elige aderezos de ensaladas preparados con este aceite o con aceite de linaza (que también es muy saludable).
- Consume un poco de nueces. Las nueces también son ricas en grasas poliinsaturadas. Esparce algunas sobre tu ensalada y otros platos, o merienda un puñado de vez en cuando.
- Come guisantes, lentejas y vegetales de color verde oscuro, como la espinaca, contienen la versión vegetal de las grasas Omega-3, además de otros valiosos nutrientes.
- Evita los aceites hidrogenados o parcialmente hidrogenados: contienen los peligrosos ácidos grasos trans, que además de elevar el colesterol malo, también reducen el colesterol bueno.