Héroes de la novela nórdica
Los policías de Estocolmo están de enhorabuena: el cadáver del famoso abogado Thomas Eriksson, el renombrado defensor de los peces gordos de la mafia y los bajos fondos de Suecia, azote de los cuerpos policiales, aparece en su lujosa casa de Estocolmo, con claros signos de haber sido asesinado. La investigación es encargada al inclasificable comisario Evert Bäckström, de la policía de Estocolmo, un personaje zángano, zoquete, corrupto, machista y soberbio, ¿se imaginan a un especie de Torrente, el brazo tonto de la Ley, el que iba apatrullando la ciudad, convertido en todo un comisario sueco de homicidios? Pues váyanse haciendo a la idea de la catadura del personaje.La investigación le obligará (nunca mejor dicho, pues el ínclito comisario es de una desidia cósmica), a ponerse en contacto con los bajos fondos de Estocolmo, desde traficantes de drogas a personajes cercanos a la Corona sueca, eso sí, con su sin par estilo, que significa no hacer ni el huevo, y vivir del trabajo de sus subordinados y colegas.
con una sorna y retranca que no deja títere con cabeza
Como en anteriores entregas de esta serie, el autor se sirve de las idas y venidas de las pesquisas para darle un repasito bastante vitriólico a muy diversos aspectos de la sociedad sueca, tanto de los cuerpos policiales, como de otros sectores sociales, con una sorna y retranca que no deja títere con cabeza. Por ejemplo hay una ironía sarcástica en los comentarios que hace el autor de un miembro de la policía sueca que parece estar más ocupada en defender los derechos de los animales, que el bienestar de los ciudadanos de Estocolmo.
Esta continua secuencia de escenas y personajes que el autor comenta sin piedad, cristaliza en el protagonista, que resulta la antítesis de los héroes habituales de la novela nórdica, tan abrumados, tan conspicuos, tan siesos y tan responsables, frente a los que nos ofrece a este zoquete grosero y zángano, del que nos va mostrando la antítesis entre sus redichos comentarios en alto, con su pensamientos, rico en maledicencia y en una estupidez grosera que nos recuerda tanto a nuestro gran héroe cinematográfico, interpretado por el gran Santiago Segura. Y eso sirve también para dar una patada a los topicazos que tenemos con las sociedades nórdicas, en las que no es oro todo lo que reluce, y que también tiene sus puntos oscuros y sus personajes imbéciles, quitando buena parte del estereotipo de sociedades perfectas en su organización, y efectivas en su acción, y todo esto contado por alguien que conoció muy desde dentro los centros de poder y ejecución de la Administración sueca. Un muy entretenido libro.
Grijalbo, 2015Compra en Casa del LibroJosé María Sánchez Pardo