Revista Arte

La versatilidad más genial, o el haber pintado muchas cosas imposibles de pintar.

Por Artepoesia
La versatilidad más genial, o el haber pintado muchas cosas imposibles de pintar. La versatilidad más genial, o el haber pintado muchas cosas imposibles de pintar. La versatilidad más genial, o el haber pintado muchas cosas imposibles de pintar.
De él dijo un geógrafo renacentista amigo suyo: Nuestro Bruegel ha pintado muchas cosas imposibles de pintar. Nacido en el Flandes profundo del siglo XVI, acariciado por el aire artístico de su tierra, absorbería toda influencia posible e imposible. Admirador de El Bosco, utilizaría su mismo imaginario universo para crear algunas de sus pinturas, aunque no haya pasado como aquél a ser el paradigma en el Arte de ese surrealista escenario del Renacimiento.
Pero compuso paisajes humanizados siempre, donde las personas disfrutan o sufren, y protagonizan así el maravilloso sentido de vivir. El realismo renacentista no es el realismo barroco, éste último del todo crudo y muy verista. Pieter Bruegel el viejo (1525-1569) consigue matices de verosimilitud, pero sin embargo no herirá la mirada -como casi todo el Renacimiento- sino que más bien el alma -el sentimiento-, donde sí el autor tratará de llegar siempre en cualquier caso.
Para entender a un artista hay que ver su obra; pero, ¿cuál elegir? No es fácil decidirse, pero aquí he seleccionado tres de casi todas sus magníficas obras para hacer una reflexión de cómo el Arte es capaz de exponer una visión diferenciada y diferente de las cosas que reflejan lo humano.
La primera, Los Segadores -o La Cosecha-, es una pintura de una extraordinaria composición. Como en todas las suyas, Bruegel expondrá un universo donde los detalles -todos los detalles- irán más allá de lo que quiere plasmar primeramente en su temática. Es como la vida, nada se aleja de nada, las cosas -todas- seguirán influyendo a pesar del entramado concreto que haya sido sobrevenido en un momento determinado, y que centre, además, el objetivo de lo que sucede, de lo que está sucediendo. Pero, ¿qué es lo que sucede? El autor no dejará de decirnos que todo es relevante, y que todo está sucediendo, además. 
En La Matanza de los Inocentes, basada en el relato bíblico, parecería sin embargo una escena bélica cualquiera de su época. Por entonces Flandes estaba ocuapada por la Corona española de Felipe II, y los disturbios eran habituales con los rebeldes flamencos. El pintor disfrazará aquí algunos personajes -como al duque de Alba-, y los caballeros serán representados así con sus picas enhiestas. Se convertirá en uno de los primeros que utilizarán la crítica social -muy subliminal- en el Arte. 
Utilizará esa crítica también con un sentido del humor que impregnará en muchas de sus creaciones. Pintor popular, campesino y cercano a sus costumbres, no defraudará sin embargo a los amantes del Arte sublime, sofisticado y vigoroso. Esta versatilidad hará de este pintor flamenco un genio tanto renacentista como universal de todo la historia. En su pintura La loca Meg -conocida en flamenco como Dulle Griet-, representará una fábula muy conocida de su país. Es tal la ambición de una loca campesina que se atreverá a ir al mismísimo infierno a robar lo que allí se encuentre. Y que mejor forma de componer esa leyenda popular que con el estilo onírico, salvaje y cómico que admirara ya de su colega El Bosco. 
(Las tres obras de Pieter Bruegel el viejo: Óleo Los Segadores, 1565, Metropolitan, Nueva York; La matanza de los inocentes, 1567, Colección Real, Londres; La loca Meg, 1562, Museo Mayer ven den Bergh, Amberes.)


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