Revista Coaching

La vestimenta, como otras variantes en nuestra vida, se r...

Por Stern @nesuispasjuliet

La vestimenta, como otras variantes en nuestra vida, se rigen por unos códigos que habitualmente acostumbramos a seguir, ya sea formal, informal, de etiqueta, de verano, de entretiempo, de invierno; para dormir, para salir, para nadar, para bailar, para agradar... Pero la gracia de la ropa, del vestir, es romper esas modas que se añaden a esas normas, seguir tu propio ritmo para tener estilo, no dejarse guiar por aquello que las tiendas, revistas e industria nos quieren vender porque es lo que está de moda, lo que se tiene que llevar puesto para poder ser alguien en esta vida, para no destacar, para ser uno más, para conseguir agradar. Bueno, pues el hecho de agradar, tiene que empezar por uno mismo, en ropa y en todo. Gustar a los demás, ser atractivo, cautivar, atrapar, enamorar... lo sexy es una actitud, un saber estar a gusto con nuestra propia piel, nuestro propio yo y demostrarlo, enseñárnoslo a nosotros mismos y a aquellos que nos rodean.
La vestimenta, como otras variantes en
nuestra vida, se r...
Y por poner un ejemplo de esa actitud en relación a la moda, siempre acostumbro a pensar en lencería ( y por un motivo que espero encontréis tan lógico como yo). La ropa interior es una necesidad, una prenda que siempre llevamos que siempre está en nuestro armario y que, en un principio, no sigue las normas de la moda tan estrictamente. Tenemos ropa interior cómoda, ropa interior sexy, ropa interior de deporte y, siempre de manera permanente, como si hubiese algo que nos impidiese tirarlo ( y eso que tenemos el cajón repleto) siempre queda esa prenda vieja, descolorida, quizás ajada, quizás desgastada, que estéticamente es horrible pero que la guardamos tal vez por lo cómoda que nos resulta. Pero esa comodidad, nos genera ansiedad si ocurre alguna cosa fuera de lo previsto cuando se lleva puesta. ¿Una cita? ¿ una reunión? ¿ una urgencia médica? 
La vestimenta, como otras variantes en
nuestra vida, se r...
Si, tal vez se vaya cómodo con ella, pero no vamos del todo a gusto con nosotros mismos; no expresamos ese confort, esa actitud de " me quiero, me veo bien, quiéreme tú también". En esos momentos de imprevisto, inmediatamente pensamos en aquella ropa interior de encaje que guardamos en el cajón, ese conjunto lencero que nos regalaron por nuestro cumpleaños y no hemos usado más que un par de veces, en aquellos boxers de marca que compraste una vez para una cita con una chica y que han acabado muertos de risa en el armario. 
La vestimenta, como otras variantes en
nuestra vida, se r...
Quizás la gracia de el asunto, es que es como todo lo demás, que la ropa interior también es una cuestión de actitud.  Por qué no ponernos ese conjunto un día normal, tan solo para sentirnos bien, para derrochar ese aura que se desprende cuando nos sentimos atractivos, aunque nadie lo vea, aunque no salgan a la luz esos ligeros  tan caros que llevas puesto. Tan solo el placer de llevarlos, el placer de sentirse atractivo, para uno mismo, por amor propio, por quererse un poco más.
La vestimenta, como otras variantes en
nuestra vida, se r...
Y tal vez, con esa actitud, con el comportamiento que ese día tengas, todos quedan un poco más atraídos por uno, todos te pueden llegar a querer un poco más, porque inconscientemente, notan que tú, eres la primera o primero que te quieres. Así, que ya sabéis... a sacar vuestras mejores prendas íntimas para seducirnos a nosotros mismos, antes de intentar seducir al resto!

Volver a la Portada de Logo Paperblog