En 2010 se cumplen cien años del nacimiento de Miguel Hernández, uno de los poetas más importantes, simbólicos y enigmáticos del siglo XX español. Dos escritores (Antonio Muñoz Molina y Luis García Montero), un político (Alfonso Guerra), un músico (Joan Manuel Serrat) y el autor de su última biografía (Eutimio Martín) reflexionan en este especial de El País Semanal sobre las distintas facetas de un creador tocado por la leyenda. Y tres poetas (Benjamín Prado, Luis Muñoz y Elena Medel) le rinden homenaje con nuevos poemas en exclusiva:
Nacido para el luto, por ANTONIO MUÑOZ MOLINA.
A Miguel Hernández todo le pasó en un tiempo muy breve, pero su vida es una larga cadena de esperas.Habría que sustraer, de los pocos años que vivió, todas las horas, los días, los meses que se pasó esperando algo, desesperando de que no llegara, enviando peticiones de ayuda a personas siempre mejor situadas que él que no tenían el tiempo o las ganas de contestar a sus demandas. Otros disfrutaban el resguardo de una posición social o de un privilegio literario o político: Miguel Hernández se supo siempre a la intemperie, en la paz y en la guerra, en la literatura y en la vida, en la cárcel y en la cercanía de la muerte.
Inocencia y compromiso, por ALFONSO GUERRA.
La celebración del centenario del nacimiento de Miguel Hernández es ocasión propicia para animar a los jóvenes a leer a uno de los más grandes poetas en lengua castellana y para hacer una relectura fiel a los valores literarios del poeta. El objetivo de lograr que Hernández se conozca se explica por la inmensa calidad y calidez de su obra y por un acto de justicia histórica, para no añadir una herida más, la del olvido, al hombre y al poeta que declamó: Con tres heridas yo/ la de la vida/ la de la muerte/ la del amor.
Versos para cantar, por JOAN MANUEL SERRAT.
No toda la poesía vale para ser cantada, ni todos los poetas sirven para escribir canciones. Por lo general y salvo excepciones, una buena letra de canción tiene una estructura, un ritmo, una rima, un murmullo que la mece y la transporta mansamente hasta el oído, donde un argumentario manejado con sensibilidad se encargará de acercarla al corazón.
Más allá del mito, por EUTIMIO MARTÍ.
Emprender una biografía no es tarea fácil. El autor francés Pierre Assouline decía que el biógrafo es una mezcla de policía, soplón y barrendero. Esta fórmula es sin duda más llamativa que la subyacente, menos ingeniosa, pero de mayor propiedad: un biógrafo ha de reunir la triple condición de investigador, informador y archivista de documentos, orales y escritos. El trabajo del biógrafo adquiere consistencia cuando acierta a describir el sentido de una vida. Esto es: si logra conseguir la unidad en la diversidad. Tratándose de Miguel Hernández, parece obvio que todo biógrafo ha de contestar a esta ineludible pregunta: ¿cómo el hijo de un cabrero analfabeto (el padre de Miguel Hernández es incapaz de firmar el certificado de matrimonio), sin haber podido ni siquiera terminar primero de bachillerato, llega a ser un poeta clásico de la literatura española del siglo XX?
El tiempo amarillo, por LUIS GARCÍA MONTERO.
En Llamo a los poetas,su mejor poema escrito en tiempos de guerra, Miguel Hernández se confiesa un ser solitario, necesitado de cariño. Su poesía nunca había apostado de manera profunda por el surrealismo, pero se siente amigo de Vicente Aleixandre y Pablo Neruda, los autores de La destrucción o el amor y de Residencia en la tierra. Y es que los dos habían sido amables con él. Otros escritores, sin duda debido al carácter impertinente, acuciante y presuntuoso del joven muchacho de Orihuela, previamente relacionado con la derecha católica, prefirieron mantenerse lejos. Miguel Hernández dedica a Aleixandre y a Neruda sus dos libros de guerra, Viento del pueblo y El hombre acecha, pero pide amistad a todos los poetas, primero llamándoles por sus apellidos, y después, por sus nombres.
La vida breve de una leyenda.
El poeta pastor. El místico, el sensual. El cronista en verso del frente. El comunista que antes fue católico. El despreciado, el desubicado. El desafortunado. A continuación tres poemas en exclusiva para “El País Semanal”.
Poesía social por Benjamín Prado.
Con sus palabras (Miguel hernández) por Luis Muñoz.
Expulsión de los mercaderes del templo por Elena Medel.
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