
Las dos partes en las que se divide la película, representan muy bien la formación de ese caparazón milagroso que es el amor, capaz por sí mismo de aislarnos del mundo más oscuro y real, y trasladarnos a ese edén que, como un universo paralelo, nos muestra a un deseo tan ciego como caprichoso, tan sutil como necesario... ahí es donde se muestra prodigiosa y sublime Adèle Exarchopoulos, heroína en una constante confrontación contra la proximidad de una cámara que la persigue hasta la saciedad, pero ella, lejos de mostrarse insegura o inaccesible, nos brinda una majestuosa actuación como rara vez podremos volver a ver en el cine. Su seguridad está presente en cada mirada, en cada gesto, en cada lágrima, en cada grito de placer y en cada poro de su piel; piel que se transforma en la mejor frontera del amor y el deseo, de la luz y la oscuridad... Si algo ensalza a Adéle, y por ende a esta película, es la dignidad de su protagonista, a prueba de centenares de tomas y caprichos enfermizos de su creador. Ella es la columna vertebral en la que se sustenta esta tesis sobre el amor y la vida; una tesis que nace de la colisión entre realidad y ficción... entre amor y deseo. Reseña de Ángel Silvelo Gabriel