Título: La vida imaginaria
Autora: Mara Torres
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2012
Páginas: 251
ISBN: 9788408031420
Conozco
a Mara Torres como presentadora de La 2 Noticias,
el telediario de la noche de La 2, desde hace años y desde que la
descubrí me gusta mucho su estilo, su forma de contar las cosas. Así
que cuando en 2012 fue finalista del Premio Planeta en parte me
sorprendió, porque no sabía que también era escritora, pero por
otra parte no y supe que antes o después leería su novela La
vida imaginaria. Entre
noviembre de 2012 y marzo de 2013 coincidí en un trabajo con su
hermana Alicia pero no ha sido hasta ahora cuando la he descubierto como escritora.
Cogí
el libro de la biblioteca el 17 de octubre pero lo he ido reservando.
Empecé a leerlo el viernes 31 de octubre a la noche y lo terminé al
día siguiente por la mañana. Me ha durado un suspiro y lo he
disfrutado muchísimo. Y, lo más importante, ha sido justo lo que
necesitaba. Este ha sido el primer día de Todos los Santos sin mis
dos abuelas, mi padre y la abuela de mi marido. Un día demasiado
triste, con demasiadas ausencias, demasiados recuerdos y demasiada
gente a la que echar de menos.
Por
eso quería un libro que me ayudase a desconectar, que me hiciese
reír, algo fácil de leer, que me enganchase. Y eso es lo que he
encontrado en La vida
imaginaria. Una historia
protagonizada por Fortunata Fortuna, a quienes todos llaman Nata. Una
joven que vive en Madrid y a la que conocemos después de que
Alberto, Beto para los amigos, su novio desde hace tres años, le
haya dejado hace tres meses.
Tres
meses que para Nata han sido un infierno, una tortura. Una mierda.
Todo le da igual, todo es plano, en blanco y negro, sin nada que
hacer ni nada que le importe ni le apetezca. Beto no contesta sus
llamadas, sus mensajes, sus emails. Y eso es lo único que importa.
Porque Nata no sabe quién es ella sin Beto, no entiende la vida sin
él, ni siquiera es capaz de imaginarla.
Pero
aun así, con la ayuda de sus amigas Rita y Carlota, y de sus amigos
Alvar y Blas, y de su terapeuta, se esforzará para olvidarse de
Beto, sacarlo de su vida, aunque para eso tenga que borrar sus
recuerdos y reinsertarse en la sociedad. O al menos intentarlo.
Porque
no es fácil si Beto se le aparece en la cocina o en el salón
después de llegar hasta su casa volando en su cama, así, sin
avisar, y de la misma forma se va por la ventana. No puede echar a
Beto de su casa, sacarlo de su cabeza ni borrarlo de su vida.
Y
mira que lo intenta centrándose en su trabajo en una agencia de
publicidad, saliendo de fiesta, yendo a exposiciones, restaurantes o
manifestaciones. Hasta que el día que hace seis meses que Beto se
marchó decide marcarse unos planes, unos objetivos. Salir menos,
sobre todo de noche. Apuntarse al gimnasio. Dejar de fumar. Mantener
el curro.
Y
aunque eso le cueste más reconocerlo, mucho antes había puesto en
marcha un plan para que le gustase alguien, que no fuese Beto, por
supuesto. Por ejemplo Mauro, ese freelance
que de vez en cuando hace trabajos para la agencia en la que ella
trabaja. Lo conoció en una cena de empresa en la que intercambiaron
unas pocas frases sobre lo coñazo que estaba siendo la noche. Una
conversación de besugos, vamos.
Pero
todos nos hemos sentido unos auténticos besugos alguna vez. Porque
si algo tiene esta novela es que es imposible no sentirse
identificado con los personajes. Tan reconocibles, tan cercanos, tan
humanos. A todos nos han dejado. Todos hemos dejado. Todos hemos
salido de juerga con los amigos, nos hemos agobiado en el trabajo o
por no tenerlo, nos hemos sentido fuera de lugar y hemos deseado con
todas nuestras fuerzas cambiar nuestra vida, mejorarla, empezar de
cero, reinventarla, imaginarla, aunque no supiésemos cómo ni por
dónde empezar.
Me
ha gustado mucho el estilo de Mara Torres. Con un lenguaje directo,
claro, sencillo, ha logrado una historia contemporánea, urbana,
fresca, desenfadada, divertida y emotiva. Una historia en la que
además de la amistad, el amor, el trabajo o la soledad también hay
sitio para las conversaciones de WhatsApp, las reuniones de tuppersex
o la crisis.
La
primera parte de la obra, titulada Si
no es ahora, cuándo,
está formada por 24 capítulos. La segunda,
II, por 12 y la tercera,
Si no eres tú quién,
por 20. Capítulos cortísimos, con mucho ritmo, que ayudan a que la
novela se lea sola y que devoremos las páginas casi sin darnos
cuenta pero, eso sí, disfrutando y riéndonos mucho.
Si
tengo que ponerle un pero es que el final es demasiado abierto y
llega demasiado pronto. Me hubiese gustado saber qué pasa con Nata,
Mauro, Carlota, Rita, Alvar, Blas, Donato, Beto y todos los demás
personajes. Unos personajes que, como todos nosotros, solo intentan
vivir. La vida real. La vida imaginaria. Eso es lo de menos. Lo que
importa es vivir.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.