Es bueno empezar el año degustando buenas series, si a esto le añadimos las siglas de la HBO, podemos dilucidar que se trata de una serie de buena calidad. Estamos hablando de la miniserie de 4 episodios, Olive Kitteridge.
La miniserie, narra la vida a lo largo de 25 años de Olive Kitteridge (Frances McDormand), una profesora de matemáticas de mediana edad de una pequeña población norteamericana de Maine, en Nueva Inglaterra, casada con Henry (Richard Jenkins), un farmaceutico de buen corazón. Está basada en un premio Pulitzer de Elisabeth Strout.
A lo largo de estos cuatro episodios no he podido evitar hacer la comparación con la aclamada película Boyhood de Richard Linklater, tal vez este director debería verla y haber anotado en su libretilla de que se pueden contar grandes historias (y entretener, sobretodo eso) narrando las vidas de personas corrientes y aparentemente anodinas.
Centrándonos en la miniserie, Olive Kitteridge, está dirigida magistralmente por Lisa Chodolenko, que ya vimos sus virtudes cinematográficas en Los chicos están bien.
La miniserie gira (es obvio) alrededor del personaje protagonista fantásticamente interpretado por Frances McDormand, un papel de una mujer arisca, visceral, taciturna que dice más, a veces por sus silencios que por sus palabras, secundado por Richard Jenkins, contrapunto al difícil carácter de su esposa, otro excelente actor, que necesita pocas presentaciones.
El reparto está bien acompañado por secundarios de la talla de Bill Murray o Peter Mullan.
Olive Kitteridge es una miniserie que nos narra el ciclo vital de un matrimonio desde su edad adulta hasta su vejez, es una historia sencilla como la vida misma, un fiel y crudo retrato del paso inexorable del tiempo.
Un drama amargo sin contemplaciones que disecciona sin artificios la condición humana.
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