Revista Cultura y Ocio
"- De repente, pensé que estaba enamorado... No, no fue con pensarlo, fue como saberlo, ¿entiendes?, como alucinar por fin con algo de lo que antes no tenía ni idea, algo que ha nacido, ha crecido y ha existido dentro de mi y que, de pronto, se ha hecho evidente, ¿me explico?
- Como una gonorrea, ¿no?"
A veces, sólo hay que ver la portada de un libro para saber que estamos ante algo diferente. Y eso es justo lo que sucede con la novela que hoy os voy a enseñar: la señal, el conejo y el título son tan diferentes, tan chocantes, que atraen la vista. Hoy traigo a mi estantería virtual, La vida te matará.
Conocemos a Gutierrez y El Universitario, dos aprendices de matones que se relacionan con grupos de mafiosos admirando a viejas glorias que una vez llegaron a ser matones: ambos tienen un encargo que cumplir. También conocemos a Vlad, un ruso, capitán de un equipo de rusos provistos de una sangre fría tremenda: una mafia. Y conocemos a Félix y Tewi, dueño y camarero de un bar en el que para una banda de mafiosos rusos, así que no están muy equilibrados tampoco. No llega a dos días, ni a 24 horas en realidad, un golpe planeado y una despedida de soltero completan el cuadro que nos presenta esta novela.
La vida te matará en una novela gamberra, eso ante todo. Pero también es una novela negra de calle, llena de bajos fondos y locales mugrientos. Una historia que casi parece un enredo, salpicada de diálogos corrosivos que llegan a provocar la risa del lector. Ambientada en Valencia, nos presenta una ciudad de atardeceres y callejones por los que no parece caminar nadie bueno. Una ciudad que muchos conocemos, aunque no en esos locales ni en esos ambientes.
La novela, articulada en capítulos cortos, va saltando entre dos fechas, el 31 de julio al 1 de agosto, que nos permitirán situarnos e ir componiendo las piezas de una historia en la que no faltan muertos, chavales en monopatín, sustos o prostitutas. Y comenzamos a hilar la historia, a ver el golpe, a los rusos y a colocar esa despedida de soltero que en un primer momento nos parecía discordante. De hecho, y pese a que no abundan las descripciones, y las que hay son escuetas, nos resulta tremendamente fácil visualizar a cada uno de los personajes que pueblan esta historia.
El autor juega dejando al lector recoger piezas, mostrando sus cartas poco a poco y convirtiendo a lectura en algo divertido. Consigue además, desalmidonar determinados estereotipos para dejarlos a pie de calle, en una línea que comienza a ser más que habitual en esta editorial que parece optar por historias que suenan mucho más cercanas que aquellas que se desarrollan en grandes ciudades, en otros países y a golpe de volante de coches imposibles.
No hay héroes aquí, tampoco antihéroes. Ni busca víctimas. Lo que hay es una buena novela negra en la que todos tienen un lado oscuro y a nadie parece importarle demasiado porque cada uno se ocupa de sus propios asuntos y de cómo conseguir el máximo beneficio. Y no es que no haya buenos, de hecho creo que había una pareja en un bar... No, no lo tengo claro, parecieron captar las señales demasiado pronto de lo que estaba pasando.
Me lo he pasado francamente bien: he salido con un poco de miedo a los gatos, con la sensación de estar ante un nombre para recordar y una novela que entretiene hasta el punto de haberme durado una tarde.
Y vosotros, ¿cuál fue el último libro que os duró un suspiro?
Gracias
PD. Lo de los conejos, os dejo que lo descubráis vosotros mismos.