Llegamos al 31 de octubre y, por tanto, al final de nuestra lectura de 'La Viola de Tyneford House' (Natasha Salomons). Este ha sido un mes muy raro y por eso decidimos ampliar el plazo de lectura y reseñas. Así que apurando el tiempo, os traigo mi opinión de una novela que me ha parecido maravillosa y magnética, una delicia.
'La viola de Tyneford House' nos traslada a Austria. En los albores de la Segunda Guerra Mundial los Landau, una familia de judía de clase acomodada, tienen que plantearse salir del país porque Hitler avanza y amenaza. Así Julian y Anna, deciden que su hija Elise estará mejor en Inglaterra, en Tyneford, trabajando como sirvienta en la casa de Daniel, un señor de bien. Elise acepta a regañadientes el viaje mientras sus padres intentan conseguir los pasajes para viajar a América, junto a Margot, su hija mayor, y Robert, su marido.
Mientras las tropas avanzan por el viejo continente, Elise comienza el viaje más difícil de toda su vida. Con el collar de perlas de su madre y la novela inédita de su padre escondida en la viola, tendrá que empezar de cero en una casa ajena y en la que no se lo pondrán nada fácil al principio. Daniel, el señor de la casa, será su mejor apoyo en los peores momentos y con Kit (su hijo) descubrirá lo que es el amor y enamorarse por primera vez.
El mundo va cambiando y Elise tendrá que hacerlo también si quiere sobrevivir emocionalmente a una guerra que se cobró millones de vidas y dejó corazones tan destrozados como los cuerpos mutilados de los soldados.
Ya he comentado que tenía muchas no, muchísimas ganas de leer esta novela que me ha dejado con la boca abierta desde su comienzo hasta el final. Es la propia Elise la que narra en primera persona sus experiencias, su viaje hasta Inglaterra, su estancia en Tyneford y lo que fue de ella después de todo. El sufrimiento, el dolor y los escasos momentos de alegría, son sentimientos que sentiremos como nuestros durante toda la novela. El personaje de Elise consigue traspasarnos ya que en la última parte del libro tomará una decisión que no todo el mundo sería capaz de entender. Además de utilizar la primera persona para dar voz a su personaje, la autora también incluye el género epistolar ya que en algunas partes de la narración, el intercambio de cartas con su hermana Margot será fundamental para el desarrollo del argumento.
Algo que me ha encantado ha sido la ingenuidad que la joven Elise desprende en cada capítulo. Hay que comprender que los diecinueve años de los años 30 y 40 no eran los que son ahora y eso la autora lo ha sabido plasmar muy bien sobre el papel. El descubrimiento del primer amor, el dolor por separarse de su familia y sobre todo el salir de casa por primera vez (en esas circunstancias) forjan el carácter de la protagonista y todos los acontecimientos que va viviendo hacen que al final actúe de una manera determinada.
Y es que para hablar del final se necesitaría una única entrada en el blog porque es impresionante, o al menos a mí me lo ha parecido. Los golpes emocionales que la chica recibe no podemos decir que son inesperados (alguno es más que previsible) pero lo que es totalmente nuevo, al menos a mí me lo ha parecido, es la forma en que la autora ha decidido resolver la novela y darle un final cerrado, sin que quepa ninguna duda ni ninguna puerta abierta ya que viajaremos al futuro, con una Elise mayor, que ha visto y vivido mucho.
'La viola de Tyneford House' ha sido uno de los mejores libros que he leído durante este 2013. He descubierto una historia preciosa que tiene lugar en la Segunda Guerra Mundial (periodo histórico que me encanta) y que deja un sabor amargo (por la tragedia) pero a la vez dulce y que sabe delicioso en cada página, en cada palabra. Una lectura maravillosa y totalmente recomendable para dejarse llevar por una época dura pero que irremediablemente debemos recordar. Imprescindible.