Revista Cultura y Ocio

La voz reconocida de Pedro M. Domene

Por Agora
La voz reconocida de Pedro M. Domene

Pedro M. Domene
Disidencias (En la literatura española del siglo XX)
e.d.a. Libros
Málaga, 2010


Con frecuencia experimentamos la sensación de haber vivido con anterioridad hechos que acontecen en el presente, o tratado personas que acabamos de conocer, incluso escritores leídos por primera vez, y figuran en nuestra imaginada realidad. Algo parecido ocurre en esta ocasión al tratar del autor y el libro Disidencias, escrito por Pedro M. Domene. Hemos de afirmar, sin temor, que es un libro inteligente y esclarecedor para conocer a autores relevantes del pasado siglo (algunos situados entre los siglos XIX y XX). Ya el título es indicativo, y tales “disidencias” pueden acrecentar el interés del lector, porque de un lector avezado vienen estos ensayos.

Pedro M. Domene ha querido rescatar autores no bien conocidos o reconocidos. Para ello, el escritor ha investigado sobre la vida y obra de los elegidos. “Conocer es discernir el alcance de la Ilusión”, nos dice Cioran. Así lo consideramos en el caso de M. Domene. Mucho empeño ilusionado ha impulsado su trabajo, dadas las dificultades por olvidos editoriales y de otra índole, de los autores recogidos. Hemos de reiterar que el escritor y profesor Pedro M. Domene ha sabido sacar del olvido autores notables que dejaron su huella, cuyos nombres están en el recuerdo, sin que la obra de la mayoría de ellos haya sido estudiada o esté en el “mercado”, si no es en algún rincón.

Si seguimos el orden del libro, los nombres serían: Silverio Lanza, Alejandro Sawa, Carmen de Burgos, Francisco Villaespesa, Enrique Díez Canedo, José Gutiérrez Solana, Benjamín Jarnés, José Bergamín, Arturo Barea, Rafael Dieste, Esteban Salazar Chapela, Samuel Ros, Francisco Ayala, Mercè Rodoreda y Dionisio Ridruejo.

A la hora de seleccionar para nuestro comentario, la decisión es un tanto caprichosa. Comenzamos por Francisco Villaespesa. Merece la pena detenerse en el texto de este autor “de sensibilidad doliente”, leemos, y del cual dice Luis Cernuda: “Es como el puente por donde el modernismo pasa a una nueva generación de escritores”. Advertimos en éstas y otras acotaciones y comentarios de M. Domene, su condición de escritor/profesor. Sería necesario que las generaciones presentes y venideras volvieran la cabeza para comprender a un autor como Francisco Villaespesa, que trabajó sin descanso, hasta el final de sus días, no sólo en sus libros, sino como coordinador activo para aglutinar los diversos modos de hacer literatura en la España de entonces: tertulias, publicaciones, interesantes revistas que trascendieron dentro y fuera de nuestro país. Es de agradecer su reconocimiento en el centenario.

De José Gutiérrez Solana conocemos su obra pictórica, plena de vigor. Lo “solanesco” ha quedado en nuestro recorrido artístico, por la manera de mirar, sin duda singular, de Gutiérrez Solana. Universaliza la “España negra”, que supo plasmar, el ensombrecimiento del ser humano desde la hondura, sin dejar atrás el entorno, el paisaje. El hecho de ser más conocido y aplaudido por su pintura, no nos permite olvidar su obra literaria. Remitimos a Disidencias, donde el lector podrá encontrar y saber de una obra total que merece ser considerada.

Mercè Rodoreda es conocida por la mayoría como autora de La plaza del Diamante, por ser llevada al cine. Sus novelas cortas y cuentos han sido traducidos y editados. En el momento actual, la presencia de Rodoreda quizá no sea relevante. Deseamos que el ensayo dedicado a ella abra de nuevo las puertas para advertir matices de su obra, siempre ligada a la persona y a la época vivida.

Sabemos de Carmen de Burgos por sus implicaciones y actitud progresista en lo social y político, información posible de ampliar en las múltiples publicaciones dedicadas a su vida y obra. El ensayo a ella dedicado en este libro, aporta, en sus pocas páginas, el intenso camino recorrido. Pionera como impulsora y reivindicadora de los derechos de la mujer, ejerció también la docencia. Como periodista, fue la primera corresponsal de guerra. Una mujer brava que entregó mucho.

El compromiso moral de Pedro M. Domene está fuera de toda duda, al escribir sobre un periodo de tiempo de nuestra historia y sacar a la luz las dificultades de un grupo de escritores para poder plasmar su obra y dejar constancia de sus ideas.

Quizá sea José Bergamín uno de los más afortunados, porque todavía en nuestros días es nombrado. No sé hasta qué punto las “batallas” del hombre y del escritor son comprendidas en toda su intensidad, sobre todo cuanto se relaciona con la persona, con el hombre desde su condición de creyente católico, en lo religioso, y por otro lado a su apoyo a la 2ª República, con el obligado paso por diferentes momentos políticos. No por ello su obra literaria perdió tensión. Tampoco su actividad editorial. Cruz y Raya fue un logro, y, finalmente, su trabajo como editor en México.

M. Domene trata con objetividad obra y trayectoria vital de los autores seleccionados. Una prueba fehaciente es el último autor recogido en nuestro comentario, Dionisio Ridruejo. Nos dice el ensayista de su evolución humana y literaria, y lo dice con verdad y saber. Tristemente es Ridruejo un autor que no interesa a las editoriales. ¿Se ha reeditado su poesía ampliamente? Nacido en El Burgo de Osma, escribió sobre Castilla, tierra que amaba, dos extensos volúmenes. Sin olvidar sus diarios y ensayos.

Cuanto decimos de los autores que figuran en Disidencias son meras anotaciones que sólo pretenden llamar la atención de unos ensayos escritos con rigor, y que pueden acercarnos a etapas de la historia de España, interpretadas y vividas por un grupo de intelectuales jóvenes que dieron lo mejor de sí mismos con valentía y empeño. Hemos de pensar que no fue un empeño inútil, como tampoco lo será que tratemos de comprender estas páginas plenas de acierto y verdad.

Dionisia García

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