A los paleofans nos encantan los bichos grandes, entre más grande mejor y ¿qué bicho puede ser más fascinante entre todos los lagartijos? No hay otro, el poderoso megalania (Varanus priscus).
Mi primer acercamiento a megalania fue con el documental "Los monstruos que una vez conocimos" (Monsters we met) de la BBC. ¡Y en ese entonces era talla dinosaurio! Y harto malvado.
Pero desgraciadamente (para los amantes de la fantasía), don meg ha sufrido cambios que lo han acercado cada vez más a su antiguo ser mortal y lo han alejado más y más de su posición como lagartija mítica (para gusto de los que amamos la ciencia). Y es que no hace mucho se le redujo la talla, en vez de ser el monstruo de siete metros del que hablé en este blog, hoy sabemos que don meg medía aproximadamente 3.3 metros de largo y un máximo plausible de 4.67 m.
Tamaño de megalania (Varanus priscus). En azul un dragón de Komodo grande (Varanus komodoensis), de unos 2.5 metros (Ciofi, 1999); en rojo la talla máxima de megalania (4.67 m) y en negro, la talla promedio (3.3 m). Datos de Wroe (2002). Dragón de komodo basado en una fotografía de Michael Pitts, megalanias basadas en una fotografía de Romeo Gacad. El humano en la escala (un servidor), mide 1.74 m.
Enanizado y todo, pero ¿era temible depredador no? Pues parece que no era el depredador tope de su ecosistema como nos lo vendieron, habían otros depredadores grandes que quizá le hacían la vida de cuadritos, como Thylacoleo carnifex, Wonambi naracoortensis (una serpiente de 5 m de largo) o Quinkana fortirostrum (un cocodrilo presuntamente terrestre, de unos 3 m de largo). Y las cosas se ponen más serias, cuando los documentales nos mostraron a los primeros habitantes de Australia interactuando con los megalanias. Pero ¿era esto posible? Un nuevo estudio recientemente publicado* muestra que al menos, los primeros H. sapiens de Australia y los últimos megalanias eran contemporáneos.
Uno de los primeros humanos en Australia es testigo de la lucha de dos gigantes. Arte por Tuomas Koivurinne.
Como siempre la prensa exagera y en las redes sociales se malinforma. Y es que, se anda diciendo que esto demuestra que coexistieron y que es probable que entonces, los humanos hayan sido los responsables de la extinción de estas criaturas. Pero la realidad es menos fílmica y lo "único" que hizo el nuevo descubrimiento fue mostrarnos que los humanos y los varanos gigantes habitaron el mismo lapso, no nos dice nada de si se encontraron cara a cara (pues no hay evidencias para suponerlo digo, yo soy contemporáneo de Scarlett Johansson y hasta habito el mismo continente, pero ni de chiste me la he encontrado cara a cara). E incluso, si los dragones gigantes y los humanos coexistieron, tampoco es garantía de que ellos los hayan extinto. Dejemos ya el burdo movimiento pasivo agresivo donde todos los humanos somos escoria por naturaleza (no hay ciencia que avale esa ridícula idea) y pensemos en las posible causas de la extinción de estas maravillosas bestias sin la cabeza clavada en el suelo. Pues los grandes dragones se han ido, pero nos han legado un misterio, misterio que los paleontólogos luchan por resolver usando la cabeza.
Fuentes:
Wroe, S. (2002). A review of terrestrial mammalian and reptilian carnivore ecology in Australian fossil faunas, and factors influencing their diversity: the myth of reptilian domination and its broader ramifications. Australian Journal of Zoology, 50(1), 1-24.
Ciofi, C. (1999). The Komodo dragon. Scientific American, 280(3), 84-91.
* Price, G. J., Louys, J., Cramb, J., Feng, Y. X., Zhao, J. X., Hocknull, S. A., ... & Joannes-Boyau, R. (2015). Temporal overlap of humans and giant lizards (Varanidae; Squamata) in Pleistocene Australia. Quaternary Science Reviews, 125, 98-105.