Lago Vostok (Imagen radar)
La Antártida, el inhóspito continente helado, debido a su situación en el Polo Sur y a las bajísimas temperaturas alcanzadas, ha estado cubierto durante los últimos millones de años por una capa de hielo que llega a superar los 4 kilómetros de grosor en algunas partes. Este clima tan "benigno" -permítanme la ironía-, que ha llevado a registrar el récord de temperatura más baja sobre la Tierra con -89,2ºC, ha hecho que la vida sea algo más que imposible. Y si vivir allí ya es difícil, de explorarlo, ya ni hablamos, aunque en un continente que es un desierto liso y blanco parece que poco haya que explorar. Sin embargo... ¿sabe que en la Antártida existe el sexto lago de agua dulce más grande del mundo? No lo busque en los mapas, porque no lo encontrará: se trata del Lago Vostok y se encuentra a 3.800 metros... bajo el hielo.
Típica estampa antártica
Puede parecer imposible que bajo el inmenso peso de una capa de hielo de varios kilómetros de espesor pueda existir un lago de agua líquida y, encima, con un volumen como el del Lago Ontario. No obstante, el agua es una sustancia tan especial -no se puede comprimir- que permite incluso que se produzcan este tipo de sorpresas geográficas en una zona donde jamás de la vida se podría llegar ni a imaginar que se pudieran producir.
Ubicación del lago Vostok
El Lago Vostok está situado al este de la Antártida -una localización un tanto ambigua en tanto que nuestro sistema de referencia pierde un poco el sentido estando en los polos- y tiene una longitud de unos 250 km y una anchura máxima de 50 km. Está dividido en dos cuerpos uno con una profundidad máxima de 400 m y otro con 800, separados por una zona en la que la profundidad no pasa de 200 m, ocupando todo el conjunto una superficie de unos 12.500 km2 que se mantiene milagrosamente líquido bajo un tapón de 3.769 m de hielo antártico. Pero... ¿cómo puede existir un lago líquido en semejantes condiciones? La verdad es que no se sabe.
Estación Vostok
El lago se descubrió a principios de los años 60 por el geógrafo ruso Andrey Kapitsa, cuando estudiando la cobertura glacial con ondas sísmicas -a petardazo limpio, vamos- descubrió que había un lago subglacial, tal y como había predicho el científico también ruso Peter Kropotkin en 1876. Kropotkin pensaba que el peso de semejante cantidad de hielo tendría que hacer tal presión sobre las capas más profundas, que estas se calentarían y acabarían por fundirse, formando un cuerpo de agua líquida. Según parece, buena parte del agua contenida por el lago Vostok (que toma el nombre de la estación soviética Vostok -Este, en ruso- situada en las inmediaciones) estaría formada de esta forma, pero no sería la única.
Hay muchos más lagos subglaciales
Después de su descubrimiento se han hecho todo tipo de radiosondeos e incluso algunos desde el espacio con ondas de radar, lo que ha permitido encontrar otros pequeños lagos cercanos -que estarían interconectados por ríos- e incluso una isla. Todo ello ha llevado a pensar que posiblemente existan fuentes de aguas termales en el fondo que haya permitido que se mantenga una cierta cantidad de agua líquida desde hace millones de años a -3ºC, lo que haría del lago Vostok el mayor reservorio de agua fósil del planeta y, según parece, con vida en su interior.
El lago Vostok, alcanzado
Después de una polémica misión en que los rusos en 2012 consiguieron perforar el casquete glacial hasta llegar al lago, los estudios científicos que se realizaron dieron como resultado el hallazgo de más de 3.500 tipos de genes diferentes en el hielo. No obstante, el hecho de utilizar freón y queroseno como anticongelante para que la perforación no se congelase, pese a las protestas internacionales por el peligro evidente de polución del lago, acabaron por invalidar las pruebas por la más que posible contaminación de las muestras. Con todo, en enero de 2015 se publicó que un nuevo agujero -esta vez con tecnología supuestamente limpia- había sido efectuado y que se tomaría una muestra para su estudio.
Sea de una forma o sea de otra, el aislamiento del lago Vostok se ha roto. Miles o millones de años de aguas retenidas bajo el gran glaciar antártico han sido puestos al alcance del hombre. ¿Hacía falta? Indudablemente no, pero es un ejemplo de como la curiosidad del ser humano no tiene límites y es capaz de llegar a donde se proponga. El único inconveniente es que, como los drogadictos, tal vez no seamos capaces de ver los límites que nosotros mismos deberíamos ponernos para no poner en peligro nuestra propia casa.
Y eso, da miedo.
Esquema del lago Vostok
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