Por más que ahora maticen sus dichos tanto el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador como los miembros del Consejo de Negocios, donde se agrupan los hombres más ricos de México, lo cierto es que el conflicto está planteado. Hubo un desencuentro público entre el tabasqueño y estos señores en que el primero fue calificado como “tragedia nacional”, y los segundos, “acostumbrados a mandar y a robar”.
A más de una semana de ocurrido el enfrentamiento por medio de desplegados de prensa y declaraciones, las cúpulas del sector privado sostienen que sólo hay desacuerdos en algunos puntos del programa del candidato morenista, pero que no existe rompimiento del diálogo con él y los grupos que lo apoyan.
De cualquier manera, es un desencuentro sin precedente reciente entre un candidato presidencial que puntea en las preferencias del voto electoral y miembros destacados de la iniciativa privada que lo consideran, ya no un “peligro”, sino como una “tragedia” para el país.
Mal momento para pelear
Este es un pleito que a nadie beneficia, porque en primer lugar está de por medio el interés nacional, pues tanto el gobierno como los empresarios están obligados a responderle al país, sobre todo en momentos en que se ciernen amenazas muy fuertes del exterior en aspectos económicos e incluso políticos, empezando por las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC).
En segundo lugar, no puede escapar a López Obrador que necesita el apoyo de la iniciativa privada para gobernar en “paz y amor”, como lo ha venido pregonando desde hace tiempo, puesto que el poder económico viene ligado desde toda la vida con el poder político, aunque él no lo quiera ver así, ya que habla de independencia entre ambos poderes, algo demasiado idealista, si no es que utópico.
Muy bien que busque limpiar la relación entre empresarios y gobierno con el ánimo de erradicar o al menos reducir la corrupción que impera en todas las esferas de la vida pública, cosa que se puede lograr en gran medida, pero de ahí a tener una total independencia entre los poderes público y privado, es una ilusión.
Riesgos para el sector privado
Por otra parte, los empresarios, y sobre todo estos multimillonarios que se agrupan en el Consejo de Negocios, no pueden ignorar la enorme desigualdad social que en el país existe desde hace muchos años y que trató de remediar en su tiempo la Revolución Mexicana. La pobreza en México, que alcanza ya más de la mitad de la población, es hoy por hoy una de las más ignominiosas del mundo.
Tampoco pueden ignorar algunos de estos magnates que gran parte de su riqueza la amasaron a la sombra del poder público, muchas veces a través de contratos y negocios ilícitos, por lo cual también tienen mucho que perder en el caso de que se llegue a un rompimiento total entre las instituciones públicas y privadas del país.
La fiesta en paz
En conclusión, nadie gana en un pleito de esta naturaleza. Vale más llevar la fiesta en paz.
Artículo publicado por el semanario Conciencia Pública en su edición del lunes 14 de mayo de 2018.