Quería cambiar la lámpara del techo del comedor. La que había antes centraba la luz sobre la mesa y yo quería dar más luz al resto sin sacrificar la de la mesa.
Estaba bastante limitada, ya que no tengo falso techo y el punto de luz está en el centro de la habitación.
Después de mucho mirar en Internet modelos de lámparas que se adaptaran a lo que quería (lo cual resultaba muy caro ), en una web vi una lámpara colgante hecha con un bote de conserva sin más.
Me pareció muy original. Pensé en poner tres para dispersar la luz en toda la habitación, manteniendo la principal que va sobre la mesa, donde irían dos, y añadiendo otra en el otro extremo para iluminar el resto.
Para evitar ver los cables del techo, ya que como he dicho no tengo falso techo, le puse un listón de madera de pino, que a la vez vestía la lámpara.
Se me ocurrió unir los puntos de luz, ya que quedaban bastante distanciados para mi gusto, colgando en medio una maceta que unificaba el conjunto.
El resto ya fue coser y cantar:
- A tres botes de conserva de los largos, les hice a cada uno un orificio del tamaño de los casquillos (que compré) con un taladro y los lijé.
- Tenía tela de saco guardada de otra vez y con ella hice las viseras de cada lámpara.
- Hice las conexiones oportunas y le puse las bombillas de mínimo consumo
- Finalmente, puse a cada bote un trocito de tela para cristal con loctite en los extremos.
Y el resultado fue...
Una lámpara la mar de coqueta, luminosa (a la vez que de poco consumo), económica y original.
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