Entonces un día miré para arriba de las alacenas de la cocina y vi la luz...
Bueh estoy exagerando un poco,en realidad vi un par de frascos de vidrio que me había comprado baratísimos en un chino hace como 15 años, eran tan baratos por que el vidrio estaba rajado(cosa que no noté sino hasta que llegué a casa )Así que no pudieron contener nada comestible jamás de los jamaces, ahí solo guardaba eso que uno no sabe donde poner en la cocina, por que el cajón del quilombo del bajo mesada ya está abarrotado de cosas insólitamente insólitas, como: porta lámparas rotos, tornillos oxidados,cajas de fósforos húmedos, imanes del delivery de sushi al que nunca llamé, etc, etc
Acá no me daba miedo meter las lucecitas por que tiene una boca bien grande y esa tapa que se rebate...
Lo único que hice fue pintar de blanco la cestería que lo rodea y meterle las luces adentro.
Y cuando me da la paranoia de que se está calentando el frasco solo tengo que abrir la tapa y listo!
El frasco roto con las luces navideñas(que dicho sea de paso nunca se donde guardo de un año a otro)son ahora mi lámpara de noche.
Me gusta por que da esa luz tenue que si bien no me permite leer en la cama, evita que salga casi gateando en la oscuridad de la noche cuando quiero levantarme.
Una boludecita re re boluda pero que a mi me encanta como queda!
Una de esas boludecitas ideal para otro de los Findes Frugales que organiza Marce cada viernes.
Hasta la próxima!
Abrazos!