Seguramente, el hecho de ser español influirá en esto, ya que, también posiblemente, tire más por los ciclistas profesionales de España. Como a muchos, hay unos ciclistas que me gustan más y otros que me gustan menos. Hay unos, como es el caso de Carlos Sastre u Óscar Pujol, que me gustan, además de por los resultados como deportistas, como personas. Otros, como Miguel Indurain, me gustan mucho por el estilo de correr: arriesgando poco. Otros, como Xavi Tondo, por lo humildes que son. Hablando de extranjeros, me gustan mucho Bugno, Chiapuchi, Nibali o Cancellara. Todos, por unos motivos u otros. Pero hay un grupo reducido que no sabría muy bien describir: son aquellos ciclistas que, en su día fueron buenos, se retiran, vuelven, no consiguen lo que quieren... Y, además, a muchos de los aficionados no nos gustan. ¿Necesitáis más señas para saber quién está en este grupo? Si habéis pensado en Lance Armstrong, estáis en lo cierto.
Todo el tiempo que llevo entre bicicletas y ciclistas, los ciclistas de los que más he oído hablar son de dos: Eddy Merckx y Lance Armstrong. Yo creo que, del “Caníbal”, poco hay que hablar, todos lo admiramos por lo buen ciclista que era (y por lo buena persona que sigue siendo), pero al de Texas, yo creo que no es así. Lance, en su primera época como corredor (antes del cáncer que sufrió), fue un gran corredor, como después del cáncer, más concretamente hasta 2.005, según mi opinión. Es decir, que, según mi punto de vista, en la vida deportiva de este ciclista ha habido unas partes:
-La primera es desde el año desde su paso a profesionales hasta el año en el que tiene que dejar el ciclismo por el cáncer que sufría.
-La segunda es desde que vuelve al ciclismo profesional hasta 2.005. aquí es donde consigue sus siete triunfos en el Tour de Francia.
-Y, por último, la tercera, que es desde que vuelve al ciclismo profesional en el 2.009. Esto puede decirse que se acaba en el 2.011, porque, aunque ha anunciado que correrá alguna que otra prueba ciclista como el Tour de California, se pasa al triatlón y, en un futuro, le gustaría correr el Ironman de Hawaii.
Armstrong no cabe duda de que, desde que pasó a profesionales hasta 2.005, se ha ido abriendo hueco, hasta conseguir, desde 1.999 hasta 2.005, el ganador del Tour, es decir, es el único ciclista ganador del Tour de Francia por siete veces consecutivas. Ni si quiera Merckx se le acerca. En ese sentido, yo creo que la mayoría de los ciclistas que andamos puestos un poco en competición lo admiramos, pro a mí me gustaría comentar ciertas cosas con las que debería haber tenido cuidado y, que actualmente, le están pasando factura.
El Tour de Francia no es una competición para ancianos
“El Tour es una carrera para ciclistas maduros, no para ciclistas viejos. Todo tiene un final, el cuerpo no puede seguir andando eternamente y a mí me ha llegado el momento de parar”. Esto es lo que dijo Lance Armstrong en el 2.005, entonces en el Discovery Channel (si alguien quiere ver el artículo de donde he sacado esta opinión, buscar el número 246 de Ciclismo a Fondo, del año 2005).
Vamos a ver, si el Tour, como Armstrong dijo ese año, es una competición “para ciclistas maduros, no para ciclistas viejos”, ¿qué narices ha hecho quedando tercero en la ronda gala de 2.009 y, además, intentando disputar el de 2.010, aunque luego no le salió nada bien? ¿Qué pasa, es que Lance, según pasan los años, se hace más joven y, ahora, tiene menos años que en el 2.005? Si es así, yo también quiero envejecer de esa forma.
A esto, habría que añadirle otro comentario, también dicho en el 2.005: “Gane o pierda, el próximo Tour será mi última carrera como ciclista profesional”. ¿Su última carrera como profesional? No me lo creo. ¿Y la Vuelta a Castilla y León donde se rompió la clavícula en Palencia? ¿Y el Tour de Flandes de este año? Tampoco estoy de acuerdo con que el Tour de Francia de 2.005 sea su último como profesional. Yo creo que la frase “el próximo Tour será mi última carrera como ciclista profesional” tiene el mismo significado en todos los idiomas.
Eso sí, para retirarse en el 2.005 tenía sus razones.
Alberto Contador en Astana
El año pasado, Alberto y Lance, español y texano, compartieron equipo, pelotón y Tour de Francia. Yo crreo que a ninguno de los dos les hizo mucha gracia, pero, desde luego, Lance Armstrong no tenía ninguna gana. En el Astana tenían un problema: tanto Lance como Alberto querían luchar por el Tour de Francia. Al final, se demostró que el fuerte era Contador y punto. Admiro lo que Lance Armstrong hizo, tiene mucho mérito acabar tercero en el Tour de Francia con casi 40 años, pero no me pareció bien que le metiera tanta caña a un ciclista que está en su equipo y que, además, va como líder (bueno, eso decía el equipo, ya que luego se demostró que, para unas cosas, Lance era el líder y, para otras, que eran la minoría, Alberto).
Pero, pese a todo, hay que destacar algo bueno
Lance ha sido el único ciclista capaz de ganar en siete ocasiones el Tour de Francia y, aunque me pese mucho, me toca reconocerlo. Además, aunque a pocos nos ha gustado, su vuelta al ciclismo ha sido muy mediática y beneficia al ciclismo, aunque, con el panorama actual, poco puede hacer.