Fotografía de Fritz Lang, publicada en el libro Amerika: Bilderbuch
eines Architekten, (1926) escrito por Erich Mendelsohn.
En el folleto de un DVD de Metrópolis, editado por la fundación arquia, escribí sobre las impresiones de Lang que «una ciudad contemporánea, aunque desconocida para él, le asombra tanto que imagina la gran urbe del porvenir. El europeo cae fascinado ante Nueva York, como le podía haber sucedido a un indígena africano ante al Berlín donde por aquel entonces vivía Lang» y desde entonces tenía claro que realmente, «si Fritz Lang concibió algo en Nueva York fue el aspecto que habría de tener la ciudad de su próxima película, ya que en junio de 1924 él y su esposa, Thea Von Harbou, ya habían terminado el guión de Metrópolis». Gracias a Patrick MacGiligan y su libro Fritz Lang: The Nature of the Beast, se sabe que Lang era, por decirlo sin herir susceptibilidades, un fantasioso y que, por ejemplo, la famosa aventura de su apresurada huida de la Alemania nazi, tras entrevistarse con Goebbels, es completamente falsa. Teniendo esto en cuenta cabría preguntarse si también sería falsa su afirmación de que concibió Metrópolis cuando contempló Nueva York. En las revistas estadounidenses de la época dedicadas al cine, se publicaron bastantes noticias sobre el viaje de Lang y Erich Pommer. El único indicio que se ha encontrado por ahora, es una columna que se publicó en la primera página del Film Daily el 14 de octubre, en la que se dice que «Lang esta todavía tremendamente impresionado con Nueva York. Su barco atracó por la noche, permitiéndole una vista de la ciudad desde el puerto. El recuerdo todavía persiste. Su nueva película será "La metrópolis" [sic] y por eso está ansioso por tener a Nueva York como fondo». Esta nota no puede justificar lo dicho por Lang, sobre todo, porque su afirmación es muy subjetiva, pero sí hace pensar que desde entonces el director estaba creando otra leyenda que ha trascendido. Un último apunte. En todo esta "concepción arquitectónica" de Metrópolis se olvida a su creador real -o al menos uno de ellos con Otto Hunte y Karl Vollbrecht-, al estupendo escenógrafo cinematográfico Erich Kettelhut, cuyos dibujos han sobrevivido y podían verse en el Filmmuseum Berlin, aunque también cabía preguntarse si los hizo antes del rodaje de la película o después, lo que es completamente esencial para valorar su importancia en el aspecto visual de Metrópolis.