Para que Gilmour volviera a sacar un disco de Pink Floyd sin Waters y con Wright fallecido, es natural que fuera veinte años atrás a recuperar 'excedentes' de las sesiones de 'Division Bell' con la participación del tecladista, además de darle mas espacio que una mera presencia simbólica a Nick Mason (o por lo menos eso parece)
Entonces al ser un trabajo basado en partes sueltas de música, las composiciones como temas en sí no son el fuerte, presentando una versión bien ambient de Pink Floyd, que a veces parece New Age o música para reiki. Mason toca el mismo beat de los últimos cuarenta años -nunca mas rápido que su propio pulso como le dijo el médico- mientras en 'Anisina' Gilmour hace el punteo mas previsible de su carrera.
Rescato como positivo la merecida reparación histórica a la figura de Wright (ninguneado y despedido por Waters en años de The Wall, sin que Gilmour tampoco lo defendiera mucho que digamos); el trabajo de producción de Phil Manzanera, clasificando y organizando las viejas pistas con las sobregrabaciones; y el extraordinario mérito que comparte con casi cualquier otro disco de Floyd: No hay ni una nota o sonido de más.
Gilmour dice que será el último disco de la banda y habrá que creerle, por lo menos hasta que dentro de unos años los nuevos propietarios de los derechos terminen de raspar el fondo de la olla. Igual éste ya tiene toda la pinta de Album Póstumo.
Salvo la voz del físico Stephen Hawking en 'Talkin' Hawkin'' todo es instrumental hasta el tema final 'Louder Than Words', con letra de Polly Samson...
"La suma de nuestras partes, el latido de nuestros corazones.. Es mas fuerte que las palabras"
Y así se va 'The Endless River', como el tipo de la tapa navegando el cauce brumoso de un río infinito. El mejor cierre conceptual a la discografía de la banda mas conceptual del mundo.
http://www.pinkfloyd.com/theendlessriver/about