Laponia, un paraíso

Hoy siento ganas de no escribir nada. Bastaría con poner el enlace a las palabras del presidente de la CEOE, Joan Rossell, quien vuelve a cargar contra otro enemigo, además de los ciudadanos que protestan en las calles: el parado. Sí, esa persona que, gracias a empresarios que ven en el despido la solución definitiva a sus problemas, se queda sin un lugar al que dirigirse cuando se levanta cada mañana. Para acabar con él, Rossell propone reducir el subsidio de desempleo, ahora con un máximo de dos años, ya que, según él, los trabajadores esperan al último momento para ponerse las pilas y “milagrosamente” encontrar un trabajo. Cuando esté en Laponia escucharé los ecos de sus palabras desde la lejanía. O mejor aún, que se vayan ellos a Laponia: allí los empresarios que defraudan, y que en España nos cuesta el 20 por ciento del PIB, ven la nieve con franjas: las de las rejas de la prisión. Laponia, un paraíso.