
Estamos ante una de esas series que sin llegar a tener grandes índices de audiencia, sí conserva cada temporada fieles seguidores que la mantienen en antena. Esta trama centrada en una pareja de espías rusos que vive en Estados Unidos en plena Guerra Fría contiene momentos de auténtico alarde narrativo, y sigue manteniendo en su tercera temporada el suspense y la madurez de una historia que se desarrolla de forma pausada, pero siempre con deslumbramientos excepcionales. Evitando spoilers, la ambivalencia que mantienen los protagonistas entre su vida profesional y su vida familiar (una oculta a la otra), ha alcanzado cotas de gran interés en 2015, y mantiene las expectativas de lo que ocurrirá el próximo año. Una cuidadísima puesta en escena y la selección de un buen plantel de directores (incluido este año uno de los actores de la serie, Noah Emmerich) aportan las dosis de calidad necesarias.








David Simon para HBO
Dos nombres de primera se unieron para esta miniserie producida por HBO. David Simon, creador de auténticos hitos en la televisión moderna como The wire y Treme, y el director Paul Haggis, responsable de certeras revisiones de la condición humana como Crash, Million dollar baby o Cartas desde Iowa. Así las cosas, nada tiene de extrañar que estemos ante la mejor producción televisiva de 2015, una disquisición sobre el auge y caída de un joven político que llega a la alcaldía de la ciudad de Yonkers demasiado pronto. El tono y trama de la serie nos trae a la memoria la disección del mundo de la política que también recorría The wire, y por eso nos entusiasma esta nueva incursión de David Simon en los barrios degradados de una pequeña ciudad del estado de Nueva York. Como de costumbre, los trabajos interpretativos (especialmente Oscar Isaac y James Belushi) están a la altura de la excelencia.



Henrik Björn para SVT
Entre las producciones escandinavas de este año destacamos dos series que demuestran el buen momento de la televisión a nivel internacional. Esta que nos ocupa no es lo que parece, aunque comienza como una historia más de desaparición de un niño. Pero ese impactante final del capítulo piloto nos deja claro que los derroteros van a ser muy diferentes, tanto que uno no puede esperar a ver la continuación. En el interior de la idiosincrasia escandinava existen numerosas historias fantásticas que son las que han creado personajes como Santa Claus, y de ahí bebe buena parte de esta producción que es capaz de mantenernos expectantes durante sus 10 episodios. Conforme se va desarrollando la historia nos damos cuenta de que estamos ante un cuento más que ante un thriller. Y entonces es cuando ya nos tiene atrapados y sin opción de desengancharse.

Petter S. Rosenlund para NRK1
Desde Noruega nos ha llegado una de las producciones más importantes de la televisión europea. Esta miniserie, también conocida como The heavy water war, se estrenó el 4 de enero de 2015 y sus dos primeros episodios lograron captar la atención de casi un millón trescientos mil espectadores (1 de cada 5 noruegos). Un récord impresionante para el comienzo de una serie. Las expectativas eran importantes: estamos ante una superproducción de 75 millones de euros centrada en los esfuerzos de los aliados por impedir que los nazis crearan una bomba atómica. A la altura de otras grandes miniseries sobre la 2ª Guerra Mundial como The Pacific o Hermanos de sangre, esta La batalla del agua pesada es un excelente drama bélico que tiene todos los ingredientes para engancharnos a lo largo de sus seis episodios.

Frank Spotnitz para Amazon
Otra serie centrada en la Guerra Mundial, en este caso con un imaginario resultado a favor de los alemanes y los japoneses es esta producción de Ridley Scott para Amazon. Basada en la novela de Philip K. Dick, la historia nos sitúa en unos Estados Unidos dividido en dos zonas ocupadas por alemanes y japoneses, y una zona neutral, donde predominantemente se elaboran planes para luchar contra la ocupación. Como es su costumbre, Amazon lanzó el capítulo piloto en el mes de enero, siendo el más visto de su lista de pilotos en producción, estrenándose los otros 9 en noviembre. Con una trama que se desenvuelve según los cánones habituales de las historias de resistencia, el planteamiento principal aporta un punto de vista distinto, y eso la hace más atractiva si cabe. Buena ambientación e interpretaciones correctas aportan los ingredientes precisos para una serie que ya ha firmado su segunda temporada.

Vince Gilligan para AMC
Tras el final de Breaking bad, mucho se esperaba de este spin-off centrado en las vivencias del abogado Saul Goodman. Y las expectativas se cumplieron con creces. La inteligente propuesta de Vine Gilligan ha sido la de separarse del tono esperado, elaborando una historia mucho más melancólica en torno al personaje principal, magníficamente encarnado por Bob Odenkirk. Y aunque a lo largo de la serie encontramos guiños y personajes relacionados con Breaking bad (como el hierático Mike), la historia consigue desembarazarse de la narrativa referencial y logra una personalidad propia. Tanto que llega un momento que consigue hacernos olvidar que se trata de un spin-off. Sin duda esta serie nos traerá momentos tan apasionantes como su predecesora en próximas temporadas.