Después de 1 año de gimnasio a tope (marzo 2017- marzo 2018), he podido observar multitud de comportamientos que no me gustaban nada:
1. Estar ocupando máquinas sin hacer ejercicio.
Me daba mucha rabia tener que cambiar mi orden de entrenamiento -ya os hablaré de eso- porque algún pánfilo en lugar de trabajar, estaba atontado con el móvil o la pantalla de tv. Al gimnasio se va a sudar, coño!!!
2. No llevar toalla. En todos los centros deportivos es obligatorio. Es muy desagradable encontrar los aparatos con sudor ajeno.
3. No dejar materiales en su sitio. Parece de sentido común, pero parece que no lo entiende mucha gente. Si trasladas algún elemento para utilizarlo, déjalo donde lo encontraste.
4. Hablar. Como te acostumbres a dar conversación, al final acabaras hablando más que sudando y progresaras menos de lo deseado.
Resumiendo: No vayas al gimnasio a perder el tiempo, aprovecha la pasta que estás pagando. Hazlo por ti, que no está la vida para tirar el dinero.
Comprométete un tiempo, por poco que puedas, pero hazlo con todas tus ganas.