- Ante un público agolpado en la zona de vestuarios lo último es pretender pasar entre ellos, debemos ser inteligentes y permanecer en el terreno de juego junto al delegado de campo lo más alejados de ellos y llamar a las fuerzas del orden público si no se disuelven.
- No podemos presentar una redacción de acta como esta en la que se entiende la lamentable historia que se produjo, pero en la que no figura ni un solo insulto, ni una sola identificación y se habla de un suceso agresivo de máxima gravedad pero sin avisar a las fuerzas del orden público. Es más, se habla de unas lesiones considerables, pero no hay un parte médico que las acredite.
- Hay que ser más serios si queremos si queremos acabar con esta violencia, no podemos normalizarla, ante un suceso tan grave hay que avisar siempre a las fuerzas del orden, aunque estés en el vestuario. Si hay lesiones, hay que acudir a un centro médico para que te den un parte de las mismas y adjuntarlo al acta. Además hay que hacer un gran esfuerzo por redactar el acta contando claramente lo sucedido e identificar, del modo que sea, a los agresores, ya sea por ser familiares o por ayuda del equipo visitante o por la del delegado de campo, o al menos pedirlo a las fuerzas del orden público a su llegada.
- Redactemos bien el acta (coherencia, cohesión, frases textuales, número de personas, …).
- Avisemos a las fuerzas del orden público (al menor indicio de posible violencia).
- Identifiquemos al agresor o agresores (busquemos colaboración si solos no podemos).
Denunciemos por vía penal siguiendo este resumen:
http://sindicatodearbitros.wordpress.com/gabinete-juridico/esquema/
-Modelo de denuncia
Revista Deportes
Las agresiones en el Dodro-Queiruga, el Síndicato de Arbitros y la obligacion de denunciar TODA la violencia
Publicado el 14 febrero 2014 por Jmporense @futbolbaseymas
“Una vez finalizado el encuentro y ya de camino a vestuarios, acompañado por el delegado de campo a mi derecha y varios jugadores de la U.D. Queiruga, cuando llegamos a la zona de entrada a vestuarios una multitud de aficionados estaban esperándome, pude identificarles como aficionados del equipo local C.D. Dodro por sus protestas e insultos hacia mi persona. Dejaban libre un pequeño pasillo de unos 3 metros de ancho por el que nos dispusimos a entrar a vestuarios, pero al entrar a él la gente fue acercándose cada vez más cerrando el pasillo y llegando a golpearme y empujarme hacia atrás. El delegado de campo me agarró por la cintura tratando de evitar nuevas agresiones, intentando apartar a los aficionados y ordenándoles que se apartaran, pero los aficionados hicieron caso omiso de lo que decía. Una de las agresiones que pude identificar fue la de un señor mayor que me dio una patada con la punta del pie en la canilla; otro aficionado, que se encontraba fuera de sus casillas como si estuviera poseído, me gritaba con cara de venganza y total agresividad con ganas de pagar sus problemas conmigo, aunque afortunadamente otra persona a la cual no pude identificar lo frenó a tiempo impidiendo que llegara hasta mí. Durante el tiempo en el que los aficionados se acercaron hacia mí, noté un fuerte agarrón en el brazo, en la zona del bíceps, produciéndome una lesión, pero sin poder identificar al agresor al estar tan rodeado de gente. Una vez avanzábamos hacia mi vestuario identifiqué a varios jugadores visitantes que trataban de ayudarme tratando de hacer retroceder a la multitud de aficionados diciéndoles que lo que estaban haciendo era una vergüenza, a los que les agradezco la ayuda pues no están obligados a hacerlo. Una vez finalizado el trayecto a los vestuarios el delegado local se dio toda la prisa posible para abrirme la puerta de mi vestuario y una vez dentro cerró la puerta para evitar que pasaran más problemas. A los diez minutos abrí con cuidado la puerta para llamar a ambos delegados comunicando mis lesiones físicas”.Este es el relato de un ser humano y su castigo por el delito de arbitrar mejor o peor el partido celebrado en Galicia entre el Dodro y Queiruga y que mereció una sanción "ejemplar" de 60 euros, algo que a buen seguro frenará la violenta actitud de unos salvajes con una condición mas baja que el perro lanzado en tierras del sur a otro colegiado. Los animales nunca actuarían de este modo. Solamente hay que ponerse en la piel de la persona que vive una situación similar para entender lo que puede llegar a sufrir un colegiado en mas ocasiones de las que nos cuentan. Estos relatos de terror que suelen tener nulo o escaso espacio en medios locales, comienzan a tener repercusión a nivel nacional en distintos medios de internet, gestionados por colegiados en muchos casos como el que acabamos de ver. Una web reciente "Sindicato de Árbitros" de la que trataremos de ampliar información, es la que relata el suceso además de ofrecer consejos que al parecer el colegiado no supo o por su lógico estado de nerviosismo no pudo seguir. Aquí os dejo algunos: "Necesitamos y pedimos la colaboración de la gente para identificar y testificar en contra de estas personas, para combatir este tipo de conductas agresivas" Del mismo modo tenemos dos recomendaciones (críticas) a nuestro compañero agredido: