Revista Cultura y Ocio
"En los rostros de aquellosque conocimos de jóvenesreconocemos lo viejos que nos hemos vuelto"Heinrich Böll
En su justificación sobre la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1972 al alemán Heinrich Theodor Böl, la Academia destacaba en su obra "su combinación de una amplia perspectiva sobre su tiempo y una habilidad sensible en la caracterización". De este, el mejor escritor alemán de la postguerra, solo he leído "Opiniones de un payaso" pero la cita que encuentro hoy en mi agenda me invita a escribir una líneas sobre el sorprendente y, a veces, devastador efecto del paso del tiempo en nuestros cuerpos. El estar el Carnaval en puertas añade actualidad al extenso contenido icónico de esta entrada.
Proliferan en internet, con un impacto visual impresionante, las fotos de antes y después de personajes famosos, principalmente actores, en series de éxito en nuestros años mozos. Sus rostros simpáticos, risueños y perfectos inundaron las revistas y muchos de ellos acabaron pegados en nuestras carpetas escolares. Fueron los héroes de nuestra infancia. Eran el espejo donde nos mirábamos. Hemos estado sentados frente a ellos largas horas escuchando su conversación, viviendo sus aventuras, viéndolos crecer poco a poco. Pero el brutal emparejamiento de los rostros separados por veinte o más años provoca en algunos casos admiración, risa en la mayoría y pánico en ocasiones.
Pongamos por ejemplo el caso de Pippi Longstocking, protagonizada en los años setenta por la actriz sueca Inger Nilsson. A mis trece años, sería casi una novia para mí. Llena de personalidad, gracia e ingenio envidiaba en ella incluso su hermoso caballo. Veinte años más tarde se había convertido en una hermosa mujer, icono de la sueca despampanante, pasando en la década siguiente a ser una agraciada mujer madura para convertirse finalmente, una docena de años más tarde, en un rostro inquietante cuya expresión casi nos asusta.
O fijémonos en Haley Joel Osment que interpretó al niño Cole Sear que podía ver a los fantasmas en la famoso película "El Sexto sentido" o interpretaba al moderno Pinocho en Inteligencia Artificial , su desmejorada imagen actual acusa el efecto de conducir ebrio por la vida a velocidad de ferrari.
Otra heroína de la infancia, la entrañable Laura Ingalls de La Casa dela Pradera, aguanta los embates del tiempo con dignidad. La hermana que todos hubiéramos querido tener es ahora una mujer madura con la piel aún tersa, la mirada directa y la pose segura.
Mi serie favorita durante años: Aquellos maravillosos años, protagonizada por Fred Savage en el papel de Kevin Ardnol y por Danica McKellar como Winnie Cooper. Aquellos amores adolescentes me sorbían el seso y la música de Joe Cocker me excitaba el lacrimal. Será por la perspectiva de mi sexo, pero me parece que Danica McKellar ha resistido mucho mejor el paso del tiempo.
Los protagonistas de Harry Potter realizan el salto del tiempo que va de la filmación de su infancia y adolescencia a una saludable juventud, pero... ¡Han perdido la magia!
Pero fijémonos en Macaulay Culkin, el niño de solo en casa: pasó de tener una mirada despierta y una muecas, pura acción en sí mismas, a mostrar unos ojos adormecidos y una expresión aburrida.
Entre los juguetes rotos de la iconografía española de los años 50 y 60, Joselito (José Jiménez Fernández, 1943) ocupa un lugar destacado como un niño especialmente dotado para el canto y con un encanto especial en los papeles infantiles en el cine. Tras su cambio de voz y de físico, los gustos del público y los vaivenes de la moda, Joselito dejará las cámaras y se sumergirá en un silencio de casi tres décadas. Al llegar a la edad adulta, se convirtió en empresario y posteriormente se le llegó a acusar de mercenario en África. Luego fue encarcelado en España tras un episodio relacionado con sustancias prohibidas.
O Pepa Flores, aquella Marisol que era el modelo de todas las mamás para sus hijas. Renegando de ser icono del régimen vive, digna, huyendo de la celebridad.
Curiosamente algunos parecen haber ganado con la edad, como George Clooney. Mis compañeras de colegio hicieron que me sintiera realmente avergonzado al no conocer al personaje... Pero ¡qué tiene de especial este hombre!... Quizás si le hubieran conocido a sus 18 años...
El mismísimo Brad Pitt, con ese aire intelectual en su primera juventud, conserva un rostro interesante ne la madurez. También sale ganando con el tiempo.
Algunos como Fernando Alonso, si lo miras bien, apenas han cambiado nada, nada... incluso parecen llevar el mismo mono de trabajo...
Pero los políticos, los hombres de estado a los que vemos cada día mil veces en los medios ¿Cómo fueron?
Pues algunos ya apuntaban maneras... desde la tierna infancia:
Pero de este joven de color que parece posar con su sombrero de Alabama, ¿Quién podría pensar que llegaría a Presidente de EEUU?
Y de este otro, de juvenil imagen a lo Gardel, ¿quién pensaría que cantaría el tango de la revolución?
Pero aquí, cerquita de casa, también tenemos a quién comparar...
Olé mi dulce niña, que el tiempo endurece ...
o el Photoshop mejora...
Y, por último, para no abrumar con este pequeño álbum de añoranzas y actualidades, apeemos de su pedestal al héroe haciéndole bajar las escaleras del tiempo. ¡Salve Conan, Governator de California!