Revista Cultura y Ocio

Las bicicletas son para el verano

Por Paperformances

En Viena son para todo el año. Lo que más me gusta de esta ciudad es la posibilidad de recorrerla en bici. Ya sé que con frío y lluvia no hace mucha gracia pero aún así tienen su encanto. Hay tantas bicicletas que mucha gente, cuando las cambia, en vez de darlas las dejan tiradas en la calle. Literalmente. Así me encontré una. Aunque la que usaba era de la residencia donde me estaba quedando. Y todavía había otra más que me gustaba, una “vintage” que ameritaba una buena reparación, que mi nivel de dinero y tiempo no me permitían. Así que llegué a tener 3 bicicletas en apenas dos semanas. La primera semana compré un billete de transporte (válido para el autobús, el tranvía y el metro por 7 días) pero estaba amarrado a los horarios y había trayectos que tenía que hacer a pie ¡Grrrrr, pudiendo hacerlos en bicicleta! El gusto por las bicicletas es tal que hay varios sitios entre gratuitos y muy baratos donde la gente puede desde repararlas hasta construirlas. El taller de bicis del WUK y The Vienna Bikekitchen son dos lugares muy concurridos. Me gusta más el primero porque hay mecánicos profesionales que o bien ayudan a repararlas o permiten que la misma gente las repare por su cuenta. Sólo hay que pagar 3 euros por el servicio, además de si hace falta alguna pieza o la dificultad del trabajo. La “Kitchen” me gusta menos, más autogestionado, más horizontal… y con menos gente para ayudar. La mayoría de los que vienen saben bastante de bicicletas y todo el mundo está trabajando en lo suyo, es bastante complicado pedir ayuda. La ventaja es que aportas lo que puedas, bien en dinero, en mano de obra para colaborar en el local, etc. En mi caso ayudé a preparar una comida, limpié la cocina y fregué algunos platos.

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO

Con mi amor vintage en el taller del WUK

Cuando yo estaba, había un partido político que ofrecía, en varios puntos de la ciudad, arreglar las bicis de manera gratuita, pero en nivel bastante básico. Frenos, aire, mantenimiento en general. Al final me quedé con la amarilla de la residencia, más feíta pero muy útil. Compré una “U” (seguro) china por 6 euros, fácil de quebrar, pero que se veía más resistente que los cables pitón del mismo precio. Hay mapas de los carriles bici en toda la ciudad, por lo que la gente puede desplazarse sin prácticamente atravesar calles. Así que por 6 euros tuve transporte durante el mes que tuve en Viena.

Una anécdota curiosa. Una noche, cuando pasaba frente al Museums Quartier para ir mi casa, vi que había un control policial para las bicis. ¿Qué pensaban, con tantas que hay en la calle? ¡Por supuesto que son muy estrictos con este tema! Unos días antes pude evadir uno en plena calle, deteniéndome en seco. Haciéndome el loco y regresando por donde vine. Pero éste no pude evitarlo, estaba justo en el carril bici, sería muy evidente. El agente era muy amable, por lo general son bastante amables, pero empezó a exagerar el tono de voz cuando descubrió que no hablaba bien Alemán. Me preguntó por la luz delantera, expliqué que justo unos minutos antes tuve un golpe y que entonces dejó de funcionar y que por mi madrecita la iba a arreglar… “Esto merece una multa, no puede andar con la luz dañada”. Tragué grueso, me veía desembolsando mis exiguos ingresos por esta tontería…

Insistí, por mi madrecita, que la arreglaría al día siguiente.

- ¿Ha bebido alcohol? – preguntó más interesado en eso que en la luz.

- ¿Eh?

- Si ha bebido alcohol.

No suelo beber y en esa oportunidad menos así que contesté que no. “Bien, revisaremos el nivel de alcohol en su sangre.” Yo estaba perplejo, había conducido antes en España y no me habían detenido por este motivo. Y fue así como en Viena me hicieron mi primer control de alcoholemia ¡en bici! Soplé en un aparato, midieron, comprobaron que decía la verdad y me dejaron ir… a pie, no podía manejar la bici sin la luz pertinente. La multa por superar los niveles permitidos de alcohol puede superar los 1000 euros.

Cuando me fui de Viena, dejé la bici amarilla en la habitación (no viniera “otro” a llevársela) y aseguré la “vintage” con la U en el estacionamiento. Mi amor me espera, encadenada, a que regrese a rescatarla…

WUK

Werkstätten und Kulturhaus. Währinger Straße 59. Fue uno de mis sitios favoritos durante mi estadía. Antigua fábrica de locomotoras,

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Trabajando en el WUK

fue abandonada durante décadas y en 1975 fue ocupada por artistas y estudiantes de arquitectura. En 1979 se creó la Asociación WUK y reconvertida en centro cultural, una mezcla de Matadero y Casa Encendida (centros en Madrid). Con ayuda del gobierno, alberga colectivos culturales y sociales (algunos muy comprometidos, había un espacio feminista en el que sólo podían entrar mujeres) y es sede de creadores y artistas. Allí conocí a Lym, artista venezolana, quizás de las mejores personas que conocí durante mi visita y de la que hablaré más adelante. También se dictan talleres, hay exposiciones y actuaciones a muy bajos precios. Un bar interior, otro al aire libre, conexión a Internet WiFi y el taller de bicis complementan la oferta y ambiente de este lugar tan encantador. Los primeros miércoles de cada mes hay venta de bicis usadas y pueden encontrarse verdaderas gangas.

DEUTSCH IM PARK

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DEUTSCH IM PARK

Literalmente “Alemán en el parque”. Mi idea primordial de ir a Viena era practicar Alemán. Busqué cursos que se adaptaran a mi presupuesto, es decir entre 0 euros y gratis. Y encontré éste. Por “causalidad”. Una amiga me comentó que había un intercambio en un parque y que iría así que me acerqué. No era un intercambio, era un curso en toda regla, muy básico, pero era un curso. Con profesores nativos y gratis. Eso sí, era en medio de un parque, con todo lo que eso conlleva: niños correteando, viejos jugando cartas, mujeres charlando, mucho sol un día, lluvia otro. Era un sector “multicultural” (me recordaba a Lavapies en Madrid y a mi amiga le recordaba el Raval en Barcelona) así que estudiábamos con húngaros, hindúes, turcos, serbios, otros latinoamericanos, etc…

Me pareció una iniciativa muy bonita, porque era una manera de llevar el idioma a la gente, sin excusas de dinero o tiempo. Aunque también era una iniciativa comercial, ya que quien quisiera profundizar, debía pagar por el siguiente nivel.

Por otro lado era muy serio, tomaba tres días a la semana desde la 1:30 hasta las 4:00 pm. Yo estudiaba en la Escuela Oficial de Idiomas dos días a la semana de 4:15 a 5:45 pm

Sólo lo dicta en verano la VHS Volkshochschulen (Universidad para Adultos)

TANDEM, STAMMTISCH

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STAMMTISCH a orillas del Danubio

Un tandem es un intercambio de Alemán uno a uno, mientras que un Stammtisch es un intercambio de Alemán en grupo. En Madrid lo organiza un chamo alemán, en Viena varios españoles. En Madrid se hace en un sitio específico todos los viernes, en Viena todos los domingos en diferentes sitios. En Madrid el alemán es muy serio, organizado y estricto, sólo se habla Alemán durante el encuentro. En Viena los españoles son… pues… muy divertidos. Puede pasar que un día se organice como que no y normalmente se habla tanto Español (o incluso más) que Alemán, hay discusiones internas larguísimas para definir los sitios y los organizadores. Así que para practicar el idioma no es muy recomendable pero para conocer gente es la mejor ocasión. Encontré un Stammisch a orillas del Danubio muy encantador y enriquecedor.

LAS REDES SOCIALES

Quiero aclarar este punto, no me refiero a la adicción a la plataforma tecnológica del carelibro o el pajarito, o a la actitud “zombiesca” de estar apretando teclas del teléfono, abstraído del resto del mundo. Me refiero a una verdadera red de contactos.

Vamos a ver.

Conozco a Berni en Madrid y la visito en Viena. Se va a Buenos Aires, la contacto y le digo que voy a Viena. Ella contacta a su hermana allá, que a su vez contacta a Felipe quien me alquila la habitación en 150 euros. A su vez Marie (la hermanita) me dice que en el WUK puedo arreglar la bici que me encontré y cuando voy no puedo arreglarla, pero conozco a un chamo que trabaja allí y que me habla de Lym, la artista venezolana porque somos del mismo país y que curiosamente trabaja con papel. Lym me invita a una parrilla (barbacoa) donde me presenta a muchos artistas y donde conocí a la que será mi futura esposa (una alemana preciosa) aunque no hayamos hablado mucho y todavía no esté al tanto de este trascendental hecho ;D

Con Lym y Gerald, su teutón de Alta Austria, establecimos un contacto bien chévere, hicimos parrilla en el WUK, fuimos al cine al aire libre en Karlsplatz,  celebramos el cumple de Gerald, cenamos arepas en mi casa, fueron a mi desfile de Carnaval cubano, luego a bailar. También me invitaron a la exposición de una amiga suya. Mi red más amplia en Viena…

A su vez contacto gente para ir a bailar, entonces una chica me habla del Tandem, donde no practico nada de Alemán pero conozco a Markus, un alemán que no parece alemán porque es muy simpático, chévere (de p… madre) que hace un trabajo curioso con iluminación y me ayuda a grabar y fotografiar mi instalación en Viena. Y con el que salgo y paso momentos geniales.

Y Radia me habla del Deutsch im Park… Y así ad infinitum. Como una piedra que cae en un lago y produce ondas, que a su vez chocan entre sí y producen más ondas. Esto es para mi una “Red social”, indispensable para moverse por la vida y por un país que no es el mio en principio.



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