Revista España
Córdoba: La Cuesta del Bailío (3//8)
Entre la plaza de Capuchinos y las faldas de la calle Alfaros está la escalonada Cuesta del Bailío.
Protegida por las buganvillas que caen desde el huerto de los Capuchinos, enmarcada por el palacio de los González de Córdoba que en la actualidad acoge la Biblioteca Viva de Al-Ándalus, este pintoresco rincón de la ciudad secreta constituye uno de los espacios mágicos de Córdoba.
Las escalinatas que salvan el desnivel entre plaza y calle llevan hasta una de las plazas más bellas de Andalucía. Sobria, silenciosa y recatada. Un poeta, Ricardo Molina, la definió como un «rectángulo de cal y cielo», y un arquitecto, Rafael de la Hoz, aseveró que «nunca jamás se había dicho tanto con tan poco».
Capuchinos y la Cuesta del Bailío resumen como ningún otro lugar de la capital la esencia más oculta de Córdoba. El aspecto de ambas se configuró entre los siglos XVII y XIX, con la compra de unos terrenos por parte de una serie de órdenes religiosas que dejaron en su centro un rectángulo empedrado en uno de cuyos laterales se alza el Cristo de los Desagravios y Misericordia, conocido popularmente como el Cristo de los Faroles.