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El arquitecto Javier Senosiain ha creado casas que buscan la armonía entre el habitat humano y el mundo natural, conoce algunas de sus obras.
ISRAEL OLGUÍN
El estado de México, es un lugar de sorpresas y prueba de ello son estas singulares construcciones que se mezclan con el entorno.
Creaciones del famoso arquitecto Javier Senosiain, que promueven la armonía entre el habitat humano y el mundo natural.
Senosiain es egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y ha tenido un notable desarrollo profesional, que lo ha colocado como el máximo exponente mexicano de la Arquitectura Orgánica.
Esta corriente tiene como máximos exponentes a Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Frank Lloyd Wright y Hundertwasser, que vienen a ser la influencia directa de Senosiain para dar forma a sus particulares obras, en las que además incluye aspectos del arte popular mexicano.
Las casas de este arquitecto mexicano, tienen como particularidad buscar espacios semejantes al claustro materno, a los refugios de los animales, al del hombre que en un principio adoptó las cavernas sin modificar su medio , espacios continuos, amplios, integrales, liberadores de luces y formas cambiantes que sigan el movimiento natural de los movimientos del hombre, asegura Senosiain.
Y es en territorio mexiquense, donde se erigen algunas de estas construcciones bioarquitectónicas, que EL UNIVERSAL Edomex te muestra a continuación.
Casa Orgánica. Construida en 1985, esta casa busca recrear aquello de lo que el arquitecto habla, la comodidad de espacios como el vientre materno, las antiguas cavernas o un iglú,
Construida en 1990, El Cacahuate, fue pensado para solteros o parejas recién casadas y consta de 3 zonas definidas, íntima: recámara; servicios: baño y cocina, que comparten un muro húmedo; y social: con un espacio de preparación de alimentos, integrado espacialmente al estar-comedor.
Construida en 1990, El Cacahuate, fue pensado para solteros o parejas recién casadas y consta de 3 zonas definidas, íntima: recámara; servicios: baño y cocina, que comparten un muro húmedo; y social: con un espacio de preparación de alimentos, integrado espacialmente al estar-comedor.
Buscando el espacio natural del hombre, sus raíces históricas y culturales, así como sus tradiciones constructivas, Javier Senosiain, construyó en 1992 La Ballena Mexicana. Casa que combina el poliuretano espreado sobre una estructura neumática, conformando así un sistema constructivo similar al papel maché. El talud de piedra en la fachada, representa un reminiscencia al pasado prehispánico. Una vez que la parte neumática se infla con un ventilador se espera el poliuretano y se desinfla el globo, que puede volver a utilizarse en su papel de cimbra temporal.
Ubicada en el municipio de Naucalpan, la Casa Flor, se construye en 1994, en una superficie de 115 metros cuadrados, que se basa en el concepto de patio central al que convergen las habitaciones perimetrales. Su fachada es un ondulante muro de piedra que trabaja para contener el terreno.
Al año siguiente, en 1995, el arquitecto diseña el Conjunto Satélite, en el que se aprovecho el desnivel que existía con respecto a la calle, para semienterrar las viviendas. Se trata de un conjunto de 4 casas, que cuentan con fachada ondulante que por azar forma la imagen de dos águilas con las alas abiertas que envuelven los 4 accesos peatonales.
Para el 2007 Senosian sorprendió con El Nautilus, un espacio armónico con tres dimensiones, donde se percibe la dinámica continua de la cuarta dimensión al transitar en espiral sobre la escalinata, con la sensación de flotar sobre la vegetación.
Ese mismo año, se construyó el Nido de Quetzalcóatl, aprovechando un terreno irregular de 5 mil metros cuadrados, con topografía muy accidentada, debido a que una cañada con encinos atraviesa el lugar longitudinalmente. Tratando de no modificar significativamente este sitio, las áreas verdes aprovechan las pendientes y depresiones.
De acuerdo con el profesor e investigador de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Gustavo López Padilla, entre las principales tendencias arquitectónicas que se han experimentado en México durante las últimas dos décadas, destacan 11, que van desde el racionalismo hasta las estructuras más complejas y abstractas.