Revista Filosofía
VII. El estudio de la producción no puede estar completo sin apelar a la teoría de las causas de Aristóteles. Hasta aquí hemos diferenciado tres tipos de producción, una natural y dos artificiales, las diferencias no pueden verse más que proponiendo algunos principios y algunos conceptos que nos permitan verlas. La dificultad de diferenciar estas tres producciones es la de delimitar, sin embargo, lo que tienen en común, y que utilizando la expresión de García Bacca (aunque usada con alguna variación), podríamos denominar como producción de cualidad. El fondo común de esta producción de cualidad o producción de diferencias, no es más que la diferencia misma, que es común a las producciones naturales, técnicas y artísticas, lo único que varía entre uno y otro es el agente, y ello no sin problemas. Pero pongamos algún ejemplo. En el caso de la producción de vida y según la teoría sintética de la evolución que es la síntesis entre la teoría de Darwin y la genética: la causa formal son las especies y los individuos; la causa material son las mutaciones; la causa eficiente la selección natural; y la causa final la reproducción. En todo caso las formas son los individuos y las especies, aunque estas se explican por la funciones y relaciones que establecen con el medio las poblaciones según las causas extrínsecas, y sobre un material indeterminado que son las mutaciones, el tiempo mismo en variación, duraciones...
En el caso de la producción artificial, se ha de ver que la diferencia más evidente radica en la causa agente o eficiente, ya no es la selección natural sino los individuos que producen un objeto exterior a ellos; sin embargo, esto no significa que la selección natural no haya sido el mecanismo que explica la producción artificial sino más bien todo lo contrario es la selección natural la que explica la selección artificial. El agente en la producción artificial es el ser humano, pero en primer lugar atendamos a la aporía de la serie segunda entre unidad y pluralidad, entre individuo y especie. En esta segunda variación se problematiza la diferencia entre artificial y natural según el grado de distinción del individuo de una especie, a saber, en cuanto lo que hace el individuo no se explica sin más como un componente de la especie. Recordemos que tanto la noción de individuo como el de especie son constructos teóricos, que tienen como noción básica y más inmediata la población, sólo distinguiendo ésta teóricamente, somos capaces de diferenciar las nociones de individuo y especie. En este caso la producción artificial supone un mayor grado de diferencia de las conductas de los individuos que no se dejan explicar inmediatamente con el concepto de especie.
Para entender mejor esta cuestión acudamos a Ortega y atendamos a la diferentes formas de como se ejerce la técnica para ver, de nuevo, la difícil cuestión de la diferencia entre producción artificial y natural. Pero esto ha de quedar para un próximo post.