Los defensores de las centrales nucleares han esgrimido un contundente argumento para rechazar otras formas de energía alternativas: las centrales nucleares producen más energía por menos dinero.
Cinco razones para desmontar este razonamiento:
1/ El elevado precio de construir una central nuclear no está incluido en el precio final de la energía. Si se añade la inversión a
realizar veríamos, por ejemplo, que la energía eólica cuesta 38,56 euros/MWH frente a los 41,12 euros/MWH de la nucleares.2/ El uranio, como producto escaso y no renovable, aumenta de precio cada año y convierte a los países en energético-dependientes. Las facturas de la luz están sujetas a la ley de la oferta y la demanda y a “los caprichos” de las grandes multinacionales energéticas.
3/ Las nuevas centrales nucleares deben remozar toda su estructura tras un desastre. El precio de las centrales construidas tras Chernóbil se incrementó un 89% y las facturas del consumidor final se elevaron un 42%. Por protocolo de seguridad, toda la estructura de las centrales nucleares deberá revisarse tras el terremoto de Japón.
4/ El coste de los desastres no se cuantifica y descuenta de la supuesta rentabilidad. Es tan sencillo encontrar cifras del precio de la jaula de hormigón para frenar el escape de Chernóbil, como dificultoso que alguien reconozca, sobre papel, el irreparable precio humano y medioambiental que sobrepasa fronteras.
5/ El Reino Unido, siguiendo con su ambicioso plan de recorte de emisiones, está construyendo el primer parque de generadores eólicos en alta mar con la misma potencia que una central nuclear. Energía limpia y sin riesgos. Lo alternativo ya no es alternativo, sino real.
Para saber más: cómo funciona una central eólica nacional: