Este viernes, a las doce del mediodía, el Palacio Apostólico del Vaticano se vestirá de gala para recibir al segundo presidente católico en la historia de EEUU. Joe Biden y el Papa Francisco ya se conocen -durante la visita de Bergoglio a Estados Unidos, en 2015, pudo conversar con toda la familia, que acababa de perder a un hijo- y comparten una visión común sobre varios asuntos, como el medio ambiente o la vacunación universal. Se encontrarán después de varios intentos, y en mitad del acoso de los sectores ultracatólicos norteamericanos -incluida una sensible mayoría de obispos del país- que abogan por negar la comunión al líder demócrata por su defensa del aborto. El pasado mes de septiembre, a su vuelta de Eslovaquia, Francisco hizo una cerrada defensa de la libertad de Biden: "Yo no soy partidario de negar la comunión a nadie", dijo.
¿Cuáles son las claves de esta visita, que se produce en vísperas de la reunión del G20 y de la COP26 de Glasgow, y a menos de tres semanas de la reunión de obispos USA en Baltimore en la que se decidirá si, finalmente, se elabora un documento contra la comunión de los políticos que defienden la interrupción del embarazo? Según un comunicado de la Casa Blanca, el obispo de Roma y el presidente de EEUU "discutirán cómo trabajar juntos en iniciativas basadas en el respeto a la dignidad humana fundamental, incluida la eliminación de la pandemia de la COVID-19, la lucha contra el clima y la compasión con los pobres".
Unidos contra ultraconservadores y negacionistas
Para el teólogo Massimo Faggioli, autor de una biografía sobre Biden y el catolicismo, el encuentro mostrará a las claras una "sintonía" entre dos de los líderes globales del mundo postcoronavirus. "El Papa de Fratelli Tutti es un ejemplo para un presidente que busca proteger el medio ambiente y combatir la injusticia racial y la pobreza". Y es que, añade Faggioli, ambos "están de acuerdo en muchos temas", pero sobre todo "están realmente asediados, enfrentando vientos en contra muy fuertes ... luchando contra diferentes tipos de ideólogos".
Tras el impasse que supuso el mandato de Donald Trump y sus sonados enfrentamientos con Bergoglio por la cuestión migratoria, la alianza entre Francisco y Biden puede suponer "una oportunidad" para los que todavía hoy creen en "una fraternidad universal" sostiene el experto. Tal vez por ello, las críticas desde los sectores ultraconservadores de la Iglesia católica estadounidense se estén cebando tanto en el Papa como en Biden, acusado de "anticatólico" por su defensa del derecho de la mujer a abortar.
Francisco ya ha dejado en claro que no evitará a los líderes políticos estadounidenses que apoyan el derecho al aborto. El 9 de octubre se reunió en el Vaticano con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuya postura sobre el aborto ha provocado la ira de la principal figura católica en su ciudad natal de San Francisco, el arzobispo Salvatore Cordileone.
El aborto no es el único problema que coloca a Biden en oposición a los obispos estadounidenses. Y es que el presidente es un firme partidario de una ley de igualdad que ampliaría las protecciones federales de los derechos civiles a las personas LGBTQ en todo el país. Los obispos dicen que el proyecto de ley, actualmente estancado en el Senado, violaría la libertad religiosa de las iglesias y las personas que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo y varias políticas de derechos de las personas transgénero.
Aunque éste será el primer encuentro de Biden con Francisco desde que asumió la presidencia, ambos ya se han reunido en otras tres ocasiones: la primera, cuando Francisco asumió el cargo de Papa en 2013; más tarde, durante la visita del pontífice a Estados Unidos en 2015; y en 2016, cuando Biden visitó el Vaticano para una conferencia sobre medicina regenerativa, donde habló sobre la prevención del cáncer.
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