El famoso cometa Shoemaker-Levy se estrelló contra Júpiter en 1994. Esta colisión representó la primera observación directa de un caso de colisión de dos objetos del sistema solar. El venerable Telescopio Espacial Hubble, observó a continuación, y envió imágenes del cometa desintegrándose. Tan sólo 15 años después, en julio de 2009, un astrónomo aficionado observó que Júpiter había sido afectado una vez más por una colisión, esta vez por un asteroide, que dejó una cicatriz de tamaño de la Tierra. Después de analizar este segundo impacto, los investigadores concluyeron que el riesgo de impactos de asteroides en el sistema solar se ha incrementado en un orden de magnitud.
Acontecimientos como el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 podrían ser mucho más frecuentes de lo que se afirma en el video
Científicos de la Universidad del País Vasco en Bilbao, dirigidos por el experto Agustín Sánchez-Lavega, dicen ahora que hay dos posibles fuentes para la colisión de 2009. El equipo español afirma que el objeto espacial, probablemente una roca helada de alrededor de 1 km de diámetro, vino, o bien desde el grupo de asteroides Hilda, o por un grupo de cometas llamado la familia Júpiter. El primer posible origen es un grupo de asteroides en el cinturón principal, mientras que el segundo posible origen es un grupo de cometas de período corto situados en las inmediaciones de Júpiter. El problema aquí es que la determinar la frecuencia con que Júpiter es impactado por objetos es algo muy difícil. Las huellas de impactadores de este tamaño se desvanecen fácilmente, como lo demuestra el hecho de que ahora, menos de un año después de la edición de 2009, no permenece visible ninguna señal del impacto.
Usando cálculos teóricos basados en registros históricos y extrapolaciones, el grupo determinó que Júpiter por lo general es golpeado por varios objetos, una vez cada 350 años aproximadamente. Antes del impacto del pasado año los astrónomos sólo conocían dos casos de impacto el del cometa Shoemaker-Levy y el de un posible impacto observado por el astrónomo Giovanni Cassini en 1640. Estas evidencias junto con el conteo de cráteres de los satélites de Júpiter y diversos cálculos teóricos. Daban una probabilidad de que Júpiter sufriese un impacto cada 350 años.
Pero los casos recientes, en la que el gigante gaseoso sufrió dos colisiones en menos de 15 años, podría insinuar una nueva tendencia. Sánchez-Lavega y su grupo proponen ahora en un artículo reciente publicado en la revista electrónica arXiv, que Júpiter está siendo golpeado una vez cada década, un aumento drástico con resepecto a lo que se creía antes. La razón por la cual este descubrimiento se hace ahora, es el hecho de que las cámaras digitales y tecnologías de procesamiento de imágenes sólo han llegado a manos de los astrónomos aficionados en los últimos diez años.
El grupo no pudo incluir en su artículo ninguna información acerca de cómo este hallazgo afecta a nuestras posibilidades de ser impactados por un asteroide o un cometa. Huelga decir que esto es de vital importancia, pero en realidad el análisis de los riesgos que somos objeto no estan sencillo. Mientras que algunos pueden argumentar que Júpiter es más grande, y por lo tanto más propenso a atraer impactadores, la Tierra se encuentra más cerca del Sol, en una zona donde los cometas cruzan procedentes del sistema solar exterior y sufren efectos honda. Además, los gigantes gaseosos como Júpiter pueden acelerar asteroides y cometas hacia los planeta interiores, en caso que no sean impactados directamente.
Fuente original
Publicado en Odisea cósmica
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