Las comidas escolares como estrategia contra la deficiencia de vitamina D

Una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Copenhague, el Instituto Nacional de Alimentos de la Universidad Técnica de Dinamarca y el Hospital de la Universidad de Aalborg (Dinamarca), concluye que sería efectivo utilizar las comidas escolares como estrategia contra la deficiencia de vitamina D. A través de los menús escolares se puede incrementar y mejorar el aporte de esta vitamina tan importante en el desarrollo de los niños, recordemos que también se denomina vitamina del raquitismo, ya que su carencia provoca esta enfermedad.

La vitamina D que se puede recibir como efecto de los rayos solares tras realizar un paseo resulta insuficiente y más en los países nórdicos donde la luz del sol es menos abundante que en los países mediterráneos, por ello es obligatorio que en la dieta de los niños se incluyan, además de suplementos, alimentos ricos en vitamina D. En la investigación se trabajó con un grupo de 784 niños con edades comprendidas entre los 8 y 11 años, se analizó el impacto de que comieran dos veces por semana diferentes tipos de pescado, alimento que aporta esta vitamina.
En el estudio se dividió a los niños en dos grupos, uno recibiría durante tres meses un almuerzo escolar en el que se incluirían dos porciones de pescado semanalmente, y el otro grupo actuaría como grupo de control, trayendo el almuerzo de casa. Este simple cambio en la pauta alimentaria incrementó de forma significativa los niveles séricos de vitamina D en el primer grupo en comparación con el grupo de control, las comidas escolares lograron incrementar hasta en un 48% el consumo de pescado, lo que representó un aumento de la ingesta de vitamina D cifrado en 0’9 microgramos por día de media.

En cifras, los investigadores comentan que la ingesta diaria de vitamina D se duplicó pasando del 31 al 64% durante el periodo del estudio, en cambio el grupo de control se mantuvo inalterable. Teniendo en cuenta que los niños europeos no toman suficiente vitamina D y que además la cantidad de alimentos que suministran esta vitamina es reducida, es necesario llevar a cabo una estrategia alimentaria que facilite que reciban alimentos ricos en vitamina D, lo que se traduciría en una mejor salud y calidad de vida de los niños.

El estudio se desarrolló desde el mes de noviembre hasta el mes de febrero, meses en los que la luz solar es más escasa y se recibe menos vitamina D de esta fuente. Los investigadores constataron también que gracias al incremento de la ingesta de la vitamina, se produjo un ligero aumento de los niveles de las hormonas paratidoideas, hormonas secretadas por la glándula paratiroides que interviene en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo. Al examinar los marcadores relacionados con la salud de los huesos, el factor de crecimiento o el contenido mineral óseo, entre otros, se apreció una mejoría en el grupo que estuvo comiendo el menú facilitado por el colegio.

Por estos motivos consideran que es importante que en la elaboración de los menús escolares se tenga en cuenta la inclusión del pescado y otras fuentes de vitamina D para garantizar un correcto desarrollo de los niños. Por varias razones, los niños que traían el almuerzo de casa tendían a comer muchos menos alimentos fuente de vitamina D, lo que deriva en una peor salud y calidad de vida. Para los expertos es un ejemplo de por qué es preferible que los niños coman en el colegio siempre que el menú satisfaga sus necesidades dietéticas. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Journal of Nutritional Science.

Foto| Osamu Uchida

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