Revista Cultura y Ocio
Ahora recordaré mi pasada locura y las corrupciones carnales de mi alma; no porque los amo, sino para que pueda amarte, oh mi Dios. Por amor a Tu amor lo hago; revisando mis caminos más perversos en la amargura de mi recuerdo, para que seas dulce conmigo (dulzura nunca fallando, dichosa y segura dulzura); y recogiéndome nuevamente de mi disipación, en donde fui desgarrado poco a poco, mientras me alejaba de Ti, el Único Bueno, me perdí entre una multiplicidad de cosas. Porque hasta he quemado en mi juventud hasta ahora, para sentirme saciado en las cosas de abajo; y me atreví a enloquecer otra vez, con estos diversos y sombríos amores: mi belleza consumió, y yo apestaba en Tus ojos; complaciéndome a mí mismo, y deseoso de complacer a los ojos de los hombres.LEER MÁS »