Revista Cultura y Ocio

Las cosas no se dicen…

Publicado el 26 noviembre 2015 por Águeda Lorena García González @aguedlgg
Las cosas no se dicen…

"Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas"... y como viene siendo habitual...los refranes no fallan.

Yo soy mucho de hablar, mucho de decir y ya no sé si soy de hacer o no, porque lo que yo hacía cuando no tenía "vicios" sentimentales, prejuicios, ni heridas que lamerme... eran otras cosas.

Con el tiempo, lo máximo que hacemos es pensar, pensar y darle vueltas a las cosas...pero hacer, realmente hacemos poco o casi nada.

Porque hacer es dejar al descubierto nuestras cartas y al final nadie quiere dar ventaja al enemigo cuando de relaciones se trata.

Hablando con amigos en mi misma situación (solteros con relaciones esporádicas) me comentaban porqué muchos hombres ya maduros buscaban mujeres mucho más jóvenes (hombres de 40 con mujeres de 25) y su respuesta me dejo alucinada, aunque en el fondo entendí de lo que hablaba:

Supuestamente con la edad y la experiencia nos volvemos más desconfiados, menos espontáneos y con "vicios" adquiridos fruto de nuestras guerras con el sexo opuesto. Vale, aceptamos pulpo.

Juzgamos a las personas antes de que nos fallen, antes de conocerlas ya las tenemos sentenciadas.

Según él, una mujer joven lleva la relación sin cargas, sin miedos, sin perjuicios y sobretodo con las manos limpias y sin "Un as bajo la manga". Cosa que a medida que maduramos vamos dejando de hacer.

Si eso implica que tengo que buscar una pareja "teenager" pues creo que lo llevo jodido, porque la etapa de la guardería o el instituto la pasé hace ya tiempo... ¿Dónde están los hombres hechos y derechos?

Como también dice otro amigo (si es que será por amigos) "no envejecen los años, sino los daños"... ¡Así que con 33 años yo podría compararme con MATUSALÉN!

Y es que ya está bien ¡joder! ¿Hasta cuándo vamos a fingir tener un corazón de patata? ¿Hasta cuándo dejaremos que puedan nuestros miedos más que lo que sentimos, deseamos o queremos?

Las cosas no se dicen…

Después dirán que puedo escribir de cualquier cosa y no mojarme en mis palabras... Lo he dicho alto y claro desde el minuto uno... Lo he dicho en mil artículos por ejemplo:

"Si encontraras el amor ¿Tú qué harías? (creo recordar que al final nadie hacía nada) "Quién tiene magia no necesita trucos" (eso de jugar a ver quién es el que da el primer paso)

Si no me equivoco he escrito casi 180 post (éste debe ser el nº 180 creo) y en casi todos ellos critico lo mismo: El juego en el que nadie enseña las cartas.

Critico el juego cuando las cosas no son claras, critico el miedo cuando "si no te arriesgas, nada ganas", critico el hecho de no dar nada y en cambio esperar que sea el otro el que lo dé todo, critico el sexo sin amor como fórmula de vida (no como excepción), critico a los hombres y mujeres que buscan algo que no existe y que cuando encuentran una opción perfectamente válida salen corriendo en busca de otra cosa.... ¡Me sobran críticas! ¡Me faltan las palabras!

Y me critico a mí (porque no soy mejor que el resto) por no vivir.

Por callarme cuando debía haber hablado, por dejar que me pasen cosas que debía haber frenado, por ser quién no soy simplemente para no molestar/asustar/acojonar... a la persona que me gusta o me interesa en un momento dado.

Yo soy la primera que piensa que decir no es suficiente... En cambio no hago casi nada ¿Por qué?

Porque me preocupo más de lo que siente el otro, que de lo que pueda sentir yo... Y mira por dónde... al final la que se queda con la duda, o con el mal sabor de boca soy yo... por no hacer nada.

Como filosofía de vida siempre he pensado que prefiero arrepentirme de un "te quiero" mal dado, que arrepentirme de no haberlo dicho cuando lo había deseado... Siempre me aplico eso de "El NO, ya lo tienes".

Porque al final hagas o no, la vida sigue... y si no hago, no vivo y aquí hemos venido a eso ¿no?

Las cosas no se dicen…

En este mundo en el que como siempre digo, las personas vamos "con el cuchillo entre los dientes", creo que no nos damos cuenta de lo que hacemos realmente con semejante actitud.

Somos víctimas de nuestro propio "sabotaje" porque cuando tenemos que apostar le ponemos pegas, porque cuando tenemos que decir lo que pensamos, nos callamos y porque cuando tenemos que demostrar lo que sentimos....Nos replegamos (nos metemos en nuestro mundo interior, pensamos demasiado).

Y no digo yo que no sea bueno pensar...pero ¿y vivir? ¿Qué puede pasar si lo dices? ¿Qué puede pasar si lo haces? Sinceramente, creo que no hay sensación peor que la de "quedarse con las ganas".

Sigo creyendo que para que las cosas salgan bien, a veces hay que arriesgarse a que salgan mal, que para que alguien reciba, a veces tiene que dar y que para lograr algo en esta vida hay que decir menos y hacer mucho más.

Porque si hiciésemos todo eso que pensamos, que deseamos... habría muchas menos cosas que lamentar.


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