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Las cuevas eremíticas de Alava. La capadocia vasca

Por Naturespacio

Cuevas de Pinedo. Valdegobía
Cuevas de Pinedo. Valdegobía
Entre los tesoros patrimoniales con que cuenta el País Vasco, las cuevas ermíticas de Alava son una muy desconocida sorpresa. Templos, necrópolis y habitáculos de monjes ascetas excavados en la roca en los oscuros siglos de la Alta Edad Media. Una ruta natural por este escenario nos permite conocer un poco más de nuestra historia y disfrutar de los paisajes de Trebiño y los valles de Valdegobía-Gaubea
Numerosos movimientos heréticos recorrían Europa en la Alta Edad Media espoleados por una iglesia errática. En la península ibérica, una de las  herejías más secundadas fue la protagonizada por el Priscilianismo, una corriente religiosa basada en los ideales de la austeridad y la pobreza, predicada por el obispo Prisciliano (siglo IV). Primer hereje condenado a muerte por la iglesia tras denunciar la corrupción y el enriquecimiento de las jerarquías eclesiásticas, tuvo entre las clases populares y las mujeres un gran número de seguidores.
Fruto de estas tensiones en la iglesia surgieron los cristianos eremitas, ascetas que, intentando huir de las persecuciones y la ortodoxia romana, se dispersaron por lugares alejados de las urbes, en ocasiones desérticos, para dedicarse al rezo y la contemplación. Proliferaron de este modo parajes que congregaron nutridos grupos de eremitas, como los desiertos de Siria y Egipto, o la Capadocia en la Anatolia turca.

La Capadocia vasca

En nuestro caso, fueron los valles y la Montaña Alavesa los lugares en los que mayor número de ermitaños recalaron. Y esta “Capadocia” vasca está formada por una serie de conjuntos trogloditas cincelados entre los siglos V-VII por eremitas ascetas, posiblemente monjes que huían de la ocupación árabe y sobre todo de la persecución de la iglesia oficial. 
Cuevas de Laño. Trebiño
Cuevas de Laño. Trebiño
Son muchas las cuevas artificiales de la provincia y zonas limítrofes, más de 127 según diversas fuentes, que como un sarampión salpican los barrancos y los valles alaveses de Gaubea, Trebiño, Montaña y Rioja alavesa. Están consideradas las manifestaciones paleocristianas más antiguas de Euskal Herria y uno de los conjuntos de estas características más numerosos de Europa. Las cuevas fueron labradas en la roca arenisca creando habitáculos, capillas y salas de reunión. Numerosos arcos visigóticos las adornan y buena parte de las mismas cuentan con tumbas antropomorfas. En algunos casos, restos de policromía advierten de que en su época lucieron imaginería cristiana de llamativos colores.
Cueva de los Moros. Corro
Cueva de los Moros. Corro
En los valles de Valdegobía-Gaubea encontraremos tres de estas estructuras rupestres, en las localidades de Pinedo, Tobillas y Corro, con su conocida Cueva de Los moros. Estas cuevas eremíticas fueron empleadas con fines religiosos hasta bien entrado el el siglo XVII-XVIII, para posteriormente ser abandonadas y ocupadas por pastores y ganados.
En todo el condado de Trebiño encontramos numerosas cuevas eremíticas, pero serán las cuevas de Laño, con dos conjuntos arqueológicos, Las Gobas y Santorkaria, los que detendrán nuestra mirada.
Santorkaria a la izquierda de la carretera conforme ascendemos por el valle, conserva dos docenas de cuevas. Las once cuevas artificiales de las Gobas, a la derecha de la carretera, están formadas por varios habitáculos individuales que corresponden a las viviendas de los eremitas; junto con cuevas más amplias consideradas templos que siguen el ritual hispano-visigodo, de zona de altar con pequeño ábside y planta basilical en falsa bóveda de cañón.
Cueva en Santorkaria. Trebiño
Cueva en Santorkaria. Trebiño
Las cuevas fueron también utilizadas como necrópolis, excavándose tumbas antropomorfas en la roca. Existe en el conjunto una cueva que se eleva a unos 11 metros del suelo, considerada un silo para almacenar alimento. Algunas de ellas están resguardas con una verja y es preciso pedir la llave a la alcaldesa. 

Cómo llegar

Para acceder a Laño hay que dejar la carretera A-126, de Trebiño a Bernedo, para tomar el ramal que se dirige al sur, adentrándose por la carretera en el Barranco del Barrunta bajo los farallones que albergan la cuevas de Las Gobas y Santorkaria. Al entrar por el desfiladero o valle que desemboca en el pueblo de Laño, deberemos observar las oquedades a ambos lados de la carretera: a la izquierda, las denominadas Santorkaria; y a la derecha, Las Gobas.
También podemos situarnos en el pueblo junto a su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la fuente de tres caños. El panel de la GR 38 “Ruta del Vino y el Pescado”, en su etapa desde Lagrán a Albaina, nos guía con sus señales roji-blancas en el camino hasta las Gobas de Laño (1,5 km). En la pared de una vivienda también podemos observar dos flechas que indican el camino hacia Santorkaia (2 Km). 

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