A propósito del caso de Enrique Orellana, el suspendido gerente del Banco Central (acusado de haber abusado a sus tres hijas y que finalmente fue absuelto), me han realizado diversos comentarios aludiendo al daño sufrido por él como padre, la exposición a los medios de sus hijas y, sin duda alguna, la incertidumbre de su inocencia. Es por eso que quiero darles a conocer un lamentable fenómeno que está ocurriendo en nuestros tribunales.
Producto del quiebre matrimonial o de una unión de hecho, sigue el dolor tanto para el hombre como para la mujer, los sentimientos de rabia, pena y tristeza por las razones que cesa la vida en común, son ciertamente determinantes al momento de responder la pregunta ¿y ahora qué hacemos con los niños? Hago énfasis en la rabia que pueden llegar a sentir las madres y que canalizan esta a través de los Tribunales de Chile.
Ha sido una lamentable costumbre de parte de las madres, acudir a Carabineros denunciando episodios de violencia intrafamiliar falsos, contratar abogados para suspender las visitas con los hijos, y obstaculizar cualquier vínculo que quiera tener la familia paterna con los niños.
Este es el lado "B" que no sale en los medios, sin duda que todos conocemos las historia de "papito corazón" que no quiere pagar la pensión ni hacerse cargo de sus hijos, pero... ¿qué pasa cuando la situación es la recién planteada? Es decir, padres que durante años aguantaron de sus hijos humillaciones, malos tratos y fueron víctimas de violencia psicológica por parte de la mujer; y que son alejados de ellos sufriendo una serie de denuncias falsas en los tribunales.Parece que nadie quiere hablar de este tema, ni menos hacerlo público... simplemente me parece una tremenda injusticia que nuestro sistema jurídico suspenda las visitas de un padre sin investigar si realmente es él quién agrede a los niños, o que una madre denuncie supuestos episodios de maltrato completamente infundados buscando que el padre sea alejado de sus hijos.Simplemente, quiero plantear que esta situación es más común de lo que se cree y que lamentablemente los padres están bastantes desprotegidos en comparación a las madres en Chile, en todo lo que respecta al cuidado y crianza de los hijos.