Revista Cultura y Ocio
El pasado sábado noche se falló el Premio Planeta 2016 que este año cayó sobre Dolores Redondo con su novela Todo esto te daré y de finalista al escritor Marcos Chicot con El asesinato de Sócrates. Un premio merecido tanto para ella por crear una trilogía fantástica que ha conquistado a lectores de todo el mundo y a él como finalista por todo el trabajo que tiene a sus espaldas con libros autopublicados y que han creado una legión de fans en todos los rincones del mundo. Todo esto tendría que ser motivo de orgullo por el trabajo tanto de una como el otro pero en este mundo literario siempre salen los envidiosos.
Mi sorpresa fue cuando esa misma noche en Twitter y Facebook salió una horda de haters, algo normal en todas redes sociales, pero del mismo gremio. Los propios compañeros autores de Dolores Redondo y de Marcos Chicot salieron con uñas y dientes para atacarlos (más a la primera que al segundo) y dejando claras las posturas como que el premio no se lo merece, que ella escribe literatura barata, insinuaciones de plagio y copia... una sarta de mentiras y envidias por parte de un reducido grupo de personas que se alegran por la desgracia ajena que por el bien hacer de otros.
Todo el mundo sabe que el mundo literario es algo complicados en todos los aspectos, es decir, nadie tiene todo regalado pero me parece indignante que haya gente que se dedique a insultar el nombre de otros compañeros y todo por la envidia, un sentimiento que parece que es el deporte nacional de este país. Mejor que te vaya mal porque si te va bien, vete preparando a lo que te caerá encima.
La cosa no queda aquí sino que al día siguiente una serie de periodistas, críticos literarios, columnistas... también se echaron encima tanto de Dolores Redondo como del Premio Planeta ya que acusaban que premian la sencillez o lo que consideran ellos la literatura vacua en vez de novelas buenas con una calidad altísima y merecedora del premio. Lo primero, la editorial Planeta es una empresa y no una ONG, ellos viven de las ventas y tienen que tener en cuenta que libro puede vender y los beneficios que le pueden aportar tanto para ellos como para el público que lee en general. Esto es España, aquí se lee muy poco y como tal hay que estar con la gente de la calle, darle un producto que guste y venda y no por ello ha de ser malo sino que enganche y que atraiga a nuevos lectores. Lo segundo, no creo en las etiquetas de literatura de calidad sino que creo en los libros bien escritos por gente solvente y que es capaz de atraer lectores con su manera de escribir y me da igual que sea Dolores Redondo como si es el fallecido Umberto Eco o el autor novel que acaba de publicar su primera novela en Amazon, lo importante es que poco a poco se sume más gente a la lectura.
Me alegro por Dolores Redondo, me alegro por Marcos Chicot y me alegro por todos los que pasaron el corte del Premio Planeta y llegaron al final. Son gente tan válida e incluso más que todas aquellas personas que desprecian el trabajo de los demás o que insultan y sueltas acusaciones vacías y sin sentido y todo sea por el resentimiento de no estar ahí en ese momento. ¿Qué opinas sobre las envidias en el mundo literario? ¿Qué te ha parecido la elección de Dolores Redondo como Premio Planeta? ¿Qué piensas sobre la gente que acusa a otros sin base a nada y todo para echar a la basura el trabajo de otros? Espero tus opiniones más abajo :)