El visitante viene a Cogolludo a ver el Palacio de los Duques de Medinaceli y la iglesia de Santa María (con el cuadro de Ribera), recorrer las únicas bodegas de la Sierra Norte (Rio Negro) y comer un buen asado en cualquiera de sus restaurantes. Pero Cogolludo encierra mucho más. Por ejemplo sus ermitas.
Entre los siglos XVI y XVII llegó a tener 17 (San Sebastián, Del Val, San Juan, Virgen del Egido, Santos Justo y Pastor, San Lázaro, San Saturnino, San Vicente, San Antón, de la Soledad, San Isidro, San Agustín, Niño Jesús, Santa Ana, Santiuste, San Roque y San Tirso). Más 2 humilladeros (de Pedro López, y de la Cruz de piedra) y un calvario.
Esto da idea del poder de los Duques de Medinaceli y de la pujanza de Cogolludo en estos siglos. Conviene recordar que el mantenimiento de las ermitas corría por cuenta del Concejo. Se conservan 4: ermita del Val, de la Soledad, de San Antón y San Isidro a las que hay que sumar la ermita de San Miguel, construida en 1.993 con sillares procedentes de la iglesia de Fraguas, que le da un aspecto propio del siglo XVII.
De la ermita del Val, reconstruida en los 50, se conservan en la iglesia de Santa María un Cristo renacentista y una Virgen barroca. De San Antón (1.566) puede admirarse la placa fundacional de la ermita. La Soledad (1.568) es un bello ejemplo renacentista. Al edifico de San Isidro, se le dan 3 vueltas (con el santo), una vez ha bendecido los campos.
Todo esto lo cuenta maravillosamente D. Juan Luis Pérez Arribas, en su libro “Los conventos y las ermitas de Cogolludo”, del que hemos extraído estos datos y el croquis. Agradecido por siempre, maestro.
Lar-ami
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