El Sol (en amarillo) se ubica a 25.000 años-luz del centro galáctico.
Las estrellas cuya velocidad fue medida por RAVE se muestran
en rojo. Las flechas indican el movimiento observado por los
investigadores. Crédito: Gal Matijevic, Universidad de Liubliana
Para llegar a esta conclusión, el equipo analizó sistemáticamente las velocidades de más de doscientas mil estrellas situadas en un radio de poco más de 6.000 años-luz alrededor del Sol. Utilizando datos del mayor estudio de estrellas, RAVE (RAdial Velocity Experiment), recopilados desde 2003 por el telescopio Schmidt del Observatorio Astronómico Australiano, fueron capaces de medir por primera vez la velocidad radial de cientos de miles de estrellas y determinar si se estaban moviendo hacia nosotros o alejándose.
Los investigadores pudieron así comprobar que la velocidad media de las estrellas hacia el exterior de la galaxia aumenta con su distancia desde el Sol en dirección al centro galáctico, alcanzando los 10 kilómetros por segundo a una distancia de 6.000 años-luz de nosotros (es decir, 19.000 años-luz del centro galáctico). Este resultado fue totalmente inesperado y sobre todo sorprendente, ya que parece que afecta principalmente a estrellas viejas de varios miles de millones de años. Hasta ahora, se pensaba que los brazos espirales afectaban principalmente la dinámica de estrellas jóvenes (de sólo unas pocas decenas de millones de años). Sin embargo, el estudio teórico del efecto combinado de los brazos espirales y la barra central, tanto dentro como fuera del plano de la galaxia, podría explicar las extrañas distorsiones del movimiento estelar observadas por los astrónomos del equipo RAVE.
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