El periodista José Pérez Llorente, colaborador de medios como "El Norte de Castilla" y Diario Palentino", siempre estuvo muy implicado con los temas palentinos, aunque su especialidad es el "Ferrocarril", artículos que pueden degustar en esta misma sección.
Barruelo ha quedado como un pueblo sin identidad, –según señalara un corresponsal de prensa local–. Quedó en el pueblo del NO. NO es minero, NO es agrícola, NO es ganadero y menos aún industrial. Es el pueblo del que solamente se sabe lo que no es.
Para hablar de las explotaciones carboníferas de Barruelo de Santullán, hay que acudir a Barrio y Mier y sus interesantes noticias sobre la panorámica palentina. Al hablar de Barruelo y su próspera comarca, recordaremos lo que dijo en su época. Según Barrio y Mier, el descubridor de la riqueza carbonífera fue el cura párroco de Salcedillo, Ciriaco del Río, en el año 1838. Señala que, cuando regresaba de Aguilar a Salcedillo después de haber acudido al mercado, encontró unas piedras negras y lustrosas entre Orbó y Barruelo, en el lugar conocido como Casablanca. Recordó que días antes había leído en un periódico madrileño, titulado "El Castellano", un reportaje sobre el carbón que hablaba de las propiedades de este mineral. Se llevó algunos de estos pedruscos a casa e hizo algunas pruebas. Quemó las piedras y comprobó que ardían. Regresó al lugar en busca de material para sus experiencias. Convencido de su excepcional hallazgo se fue a Reinosa e informó de ello a una gran amistad.
Su amigo de Reinosa era el Señor Collantes, quien gratificó al sacerdote con la cantidad de seis mil reales y la promesa de que no comunicara a nadie tan hallazgo. Este señor de Reinosa cedió la propiedad al Crédito Mobiliario Español, entidad que explotaba los ferrocarriles del norte, por la cifra de 700.000 reales.
Esta entidad, al fin, lo cedió por 1.000.000 de pesetas a la empresa minera que también dependía del Ferrocarril del Norte. En 1922, quedó constituída en S:A: con el nombre de "Minas de Barruelo", mediante el abono de 14.000.000.
Es decir, en todo este manejo de dinero, el que sacó menos producto fue el inocente sacerdote, que fue el verdadero descubridor de esta comarca y a quién se le debe la prosperidad que alcanzó años más tarde.
Localidad próspera
El hallazgo del cura de Salcedillo, convirtió a la comarca del Rubagón en una de las más prósperas de la provincia, hasta el extremo de que fue creciendo de una forma vertiginosa y convirtió a Barruelo y sus pueblos, en los más ricos de Palencia. No había problemas económicos. Todo era bienestar. La buena marcha de las explotaciones mineras era un seguro de que todo iba a funcionar en condiciones. Los comercios y centros recreativos y culturales eran de mejor calidad que los de la misma capital. El minero no era un personal dado al ahorro, lo que hacía que el dinero circulara. Había ánsias de disfrutar de la vida lo más rápido posible. Nada era demasiado. Había trabajo para todos y nadie quería ser menos que el vecino. Se consideraba al carbón como un manantial que no tenía fin.
Lo que tenía que suceder, ocurrió. Después de haber sido el carbón de Barruelo un elemento indispensable para alimentar los faroles de gas de la capital de España, vino el alumbrado eléctrico y estas comarcas sufrieron uno de los más espectaculares reveses. Se utilizó el carbón para alimento ede las locomotoras de vapor. Al electrificarse la empresa ferroviaria, dejó de tener importancia la producción de carbón y los inconvenientes se sucedían.
Fallaron las inquietudes de colocar la producción y con el tiempo se tuvo que proceder a la clausura de las instalaciones ante la falta de una política decidida que diera salida al carbón y trabajo a una gran cantidad de mineros. La negra andadura del carbón Se habla allá por el año 1960 de la disminución del consumo de carbón, debido a la presencia en el Mercado Nacional de los combustibles líquidos. En Julio de 1966 se habla de que las explotaciones mineras atraviesan una grave crisis económica ante la falta de comercialización del carbón extraído.
Mayo de 1967.– Los representantes sindicales se trasladan a Madrid con el fin de gestionar la situación económica de la empresa minera. De consumarse el expediente de crisis, el paro afectaría a 1.057 trabajadores. Se inician a partir de esta fecha el retraso del pago de haberes a los mineros. Se elevan a 90.000 las toneladas apiladas y sin salida, con un valor de 54.000.000 de ptas.
Marzo de 1986.– Empieza a sonar en esta rica comarca palentina el sonido del llamado "clarín del éxodo", como lo calificó un corresponsal informativo local al periódico provincial.
Abril de 1968.– Unos mil obreros y empleados de las explotaciones de hulla de Barruelo de Santullán llevan tres meses sin cobrar sus haberes. Se elevan a unas 120.000 las toneladas de hulla sin salida. El Gobernador Civil de Palencia califica de pavorosa la situación de la minería palentina de Barruelo. El Estado señaló con fecha límite para el cierre de las minas, el 31 de diciembre de 1970. Hay ciertas reuniones de las autoridades provinciales y representaciones sindicales en las que se oponen al cierre de las explotaciones mineras. SE indica que las indemnizaciones a los obreros que quedarían sin trabajo serían de 150 millones de pesetas en total y la inversión para hacer rentables a las explotaciones mineras serían del orden de los 83 millones de pesetas. Luego, resultaba ilógico el cierre de las instalaciones.
Diciembre de 1968.– Reunión extraordinaria en el Gobierno Civil en la que se estudió la reconversión de la comarca.
Enero de 1969.— Se habla del cierre del pozo "Peragido", que afecta a 140 productores. Más tarde se cierra el pozo "San Rafael". Un grupo financiero se interesa por el establecimiento de una importante industria en esta localidad. Una representación sindical desplazada a la capital de España, se entrevistó con el Presidente Nacional del Sindicato del Combustible y con el Subsecretario de Industria. Trajo noticias desalentadoras.
Al llegar el mes de diciembre de 1970 se acuerda aplazar por un año el cierre del pozo "El Calero". Es definitivo el cierre de las explotaciones mineras de Barruelo de Santullán para el 31 de diciembre de 1971, terminando de esta forma una angustiosa espera de más de seis años.
La reconversión
Viene después de la clausura de las explotaciones mineras, el tema de la supervivencia de la comarca. Se habla de la reconversión, sin resultado positivo alguno.
Abril de 1972.– Se hablaba de la existencia en la comarca de yacimientos de plomo y cinz y se especulaba con la posibilidad de su explotación. En otros ambientes se hablaba de la existencia de materia prima para un empresario inteligente, que podía instalar entre otras industrias, una central lechera, una fábrica de productos cárnicos, una serrería y una fábrica de muebles. Se hablaba también de la explotación de esta zona para el turismo. Corren aires optimistas a favor del carbón como fuente de energía de primera magnitud.
En Enero de 1974, la empresa concesionaria de las explotaciones mineras llegó a la subasta notarial de venta. Las instalaciones, tras varias subastas a las que no salieron postor, fueron adquiridas por Altos Hornos de Vizcaya.
ARTÍCULO | INVESTIGACIÓN
© José Pérez Llorente