El pez perla parasita al pepino de mar introduciéndose por su ano
Si los budistas tienen razón acerca de todo el asunto de la reencarnación sería difícil imaginar que mal tendría que hacerse para morir y volver como un pepino de mar. Un minuto antes eres humano y al siguiente te estás arrastrando por el lecho marino como un delgado animal, ingiriendo comida por un extremo y expulsándola por el otro.