Las Fallas, vinculadas a la advocación de San José, patrón de los carpinteros, son sin duda una de las tradiciones más populares que hay en Europa. Solo en la ciudad de Valencia agrupan de forma directa unas 200.000 personas y generan millones de euros anualmente. a pesar de su importancia, su verdadero origen es todavía hoy una incógnita.
Los historiadores, por falta de fuentes, no han podido datar con exactitud el nacimiento de las Fallas ni ponerse de acuerdo sobre la cuestión de si surgieron como una fiesta gremial (vinculada a los carpinteros) o vecinal. Lo cierto es que el término falla, entendido como hoguera o tea, se remonta al siglo XIII, aunque las primeras noticias que se conocen sobre las Fallas datan del año 1751, época en que ya consistían en figuras y bultos cuya finalidad era la de arder. Fue durante el siglo XIX cuando se consolidaron como tradición.
La falla en el siglo XVIII se componía de un catafalco sobre el que había varias imágenes, objeto del acto de fe. Con los años aumentaron el número de figuras y surgió la tendencia a la monumentalidad. A inicios del siglo XX nacieron la falla artística, los premios a los mejores monumentos y las comisiones falleras, al mismo tiempo que aumentaban los actos. Ya en 1932, el Ayuntamiento de Valencia decidió establecer oficialmente una semana fallera. Desde entonces, la celebración ha ocupado un lugar preeminente en la sociedad valenciana y ha pasado por diversas etapas, en las que no han faltado fases de represión política. El grado de participación de la población también ha variado, según la clase social y la afinidad política.
Los actos del festejo
Los principales eventos organizados por la Junta Central Fallera son la crida (invitación pública de la fallera mayor), la elección de las cortes de honor y falleras mayores, la exposición del ninot (¿muñeco¿), la cabalgata del ninot y las ofrendas de flores a la Virgen de los Desamparados y a san José. Aunque las comisiones falleras organizan actos a lo largo de los meses que anteceden a marzo, la fiesta no empezará a imponerse hasta la noche del día 15 de ese mes, la Nit de la Plantà, cuando los falleros de cada comisión inician el montaje de los monumentos falleros, algunos de los cuales superan los 60.000 euros de coste.
Instaurada en 1945, la ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados es uno de los actos más vistosos. Celebrada entre los días 17 y 18 de marzo, en ella participan 140.000 personas, de las que unas 11.000 son músicos. El resultado es un tapiz de cuarenta toneladas de flores.
La cremà de cada 19 de marzo (día de san José), en que arden todas las fallas a la vez ¿excepto el ninot indultat por votación popular¿, supone la culminación de una semana llena de actos. A partir de medianoche la ciudad se convierte en una inmensa tea que arde gracias a la pericia de los pirotécnicos, que tienen ocasión de lucirse en estos espectáculos llamados mascletaes.