Revista Ciencia

Las flores: Atracción y polinización

Por Drusilla

Las Flores - Atracción y polinización

La importancia biológica de una simbiosis no depende siempre de una coexistencia más o menos larga ni de un contacto permanente entre los asociados. Puede suceder que un encuentro muy breve sea para uno u otro compañero muy beneficioso o importante. La polinización proporciona muchos ejemplos de contactos fugitivos, pero de amplio significado para los miembros de una simbiosis libre.
Las flores, cuando las plantas son de semilla, sólo pueden producir simientes con facultades germinativas si el polen de los estambres es llevado al estigma del pistilo. Esta operación interesante y extraordinaria se llama en biología polinización.
Estudios muy profundos han demostrado claramente que la naturaleza prefiere operar por polinización cruzada, o sea que el polen de una flor no fecunda su propio estigma, sino el de otra flor, perteneciente a la misma planta o a otra. La diseminación del polen está asegurada por el viento para numerosas especies florales que, en tales casos, son generalmente pequeñas, inodoras y no contienen miel (polinización anemófila).
La gran mayoría de las plantas que floran vive en simbiosis con los animales, principalmente con los insectos en las regiones templadas, pero también con los pájaros (colibríes) y con algunos murciélagos, en los trópicos. Estos seres se encargan de poner el polen en contacto con los estigmas de otras flores de la misma especie.
Los animales, por este servicio, son pagados con el néctar que recogen. Mientras realizan dicha tarea, recoger el néctar, las abeas, los tábanos, las moscas y las mariposas entran en contacto con los estambres y se cubren de polen. Al visitar otras flores transmiten el elemento reproductor.
Las flores disponen de varios medios para atraer a sus huéspedes. A unos los llama el olor exhalado por las flores, a otros la forma o d tamaño de ellas; algunos se sienten seducidos por colores deslumbrantes. Se produce así una selección entre los insectos polinizadores. Algunos reaccionan principalmente al color azul, otros al rojo o al blanco.
Para hacer la flor todavía más atrayente (arriba, izquierda), además de las hojas verdes ciertas planta; poseen en el extremo de sus tallos otras de un color más llamativo aún que sirve de marco a la flor. Y algunas flores. hasta el uso de ciertos signos, para indicar el camino que conduce al néctar. Aunque el hech: parezca inverosímil, no hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo de lo dicho.
La miosota, cuya flor es llamada nomeolvides presenta esta notable característica El néctar está escondido en el fondo de la corola y la entrada al conducto se indica por un circule amarillo. Esas marcas se llaman círculo miel.
Esta atracción que ejercen las flores tiene mo finalidad la búsqueda de colaboradores que contribuyan a la conservación y la propagación de la especie. En ciertos casos, hay plantas que continúan buscando colaboradores despue-la fecundación; el fin no es entonces reproducirse, sino más bien la difusión de la especie.
Existen plantas que en otoño están cubiertas de bayas de vivos colores, que encantar, a los pájaros. Esas bayas son frutos que contienen semillas. Ahora bien, el pájaro come la baya, y las semillas, no asimilables, son evacuada; luego de pasar por su aparato digestivo. El ave, al eliminar las semillas, asegura su dispersión en lugares a veces muy alejados de la planta madre.


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