Revista Cocina

Las gaseosas, sodas o refrescos, son dañinos para la salud.

Por Gcalcagno
Las gaseosas, sodas o refrescos, son dañinos para la salud.

Nada mas en EEUU se consumen anualmente más de doscientos millones de bebidas gaseosas. El doctor Clive McCay, de Cornell University, demostró que las gaseosas son capaces de erosionar completamente el esmalte de los dientes, dejándolos tan blandos como unas gachas en el término de dos días Aquí, el ingrediente culpable es una horrenda sustancia llamada ácido fosfórico. Estas bebidas contienen también ácido málico, ácido carbónico y ácido erythórbico, entre otras cosas.

El ácido málico y el ácido cítrico que se encuentran naturalmente en frutas y verduras son de naturaleza tal que en el organismo se vuelven alcalinos. Los que se encuentran en las bebidas gaseosas siguen siendo ácidos, porque están fraccionados y generalmente se los extrae mediante calor. 

Con leer la etiqueta de una de estas bebidas puede ser suficiente para que a uno se le altere el PH. En estas bebidas se encuentran además otros ingredientes dañinos, sin hablar del azúcar blanca refinada, en una proporción de cinco cucharaditas de té por cada cuatro litros más o menos. La única diferencia entre las gaseosas comunes y las dietéticas es que en estas últimas se usa un sustituto del azúcar, tan pernicioso que en Estados Unidos cada envase debe llevar una advertencia en la etiqueta, lo mismo que los cigarrillos. Además, la mayor parte de ellas incorporan nuestra vieja conocida, la cafeína. 

Las gaseosas, sodas o refrescos, son dañinos para la salud.
Algunos de los aditivos que llevan son derivados del alquitrán, otro cancerígeno. Cuando las bebidas gaseosas se toman con la comida, provocan fermentaciones en lugar de favorecer la digestión. Aparte de engañar al cuerpo con la excusa de que saben bien, no hay ningún otro beneficio en las gaseosas. Es criminal que administremos rutinariamente a nuestros hijos brebajes tan letales.  Sólo la cafeína debería ser razón suficiente para no dárselos a los niños. Es interesante que la mayor parte de los padres, que no permiten que sus hijos beban café, toleran que beban gaseosas cafeinadas. Quizás el lector se pregunte por qué se les añade cafeína a estas bebidas. Según el doctor Royal Lee, de la Foundation for Nutritional Research, «las colas vienen con un componente de cafeína, que forma hábito, para que una vez acostumbrada al estimulante, la víctima no pueda pasarse sin él. No hay más que una razón para poner cafeína en una bebida gaseosa, y es asegurarse de que cree hábito». También aquí, tener clara la dirección es de primordial importancia. Quien puede cortar con este conglomerado, inútil desde el punto de vista nutritivo, de ácidos y sustancias cancerígenas, que lo haga. En el mercado hay muchas aguas carbonatadas que, aun sin ser lo ideal (por su alto contenido en sal y minerales inorgánicos) son mucho mejores que las bebidas gaseosas.

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